«¡Uf! Echo de menos los patines, tengo ganas de ponérmelos»

VIGO

cedida

Marina Oliveras, bronce en el último mundial de salto de altura con patines, entrena en el gimnasio que ella misma montó en su casa

20 abr 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

EL ARTE DE PATINAR SIN PATINES. Si entrenar en confinamiento requiere ingenio para todos los deportistas, más aún para aquellos que tienen como elemento diferenciador como los patines. Pero hay solución para seguir trabajando. En el patinaje artístico, en el freestyle y en deportes colectivos como el hockey en línea no hay patines, pero sí un montón de recursos.

Marina Oliveras, la vigente medalla de bronce de salto de altura con patines en la modalidad de freestyle, se puso los patines por última vez el día antes de que se decretase el estado de alarma. Desde entonces, suspira por volver a saltar, pero tiene que conformarse con entrenar en el apartado físico en el gimnasio que ella mismo se montó hace tiempo en su casa de Moaña con la esperanza de volver a competir en septiembre.

«Yo no podía pagarme un gimnasio y entonces decidí montar uno en mi casa para hacer mis ejercicios. Estoy haciendo lo que puedo, porque es bastante complicado. Trabajo bastante físico, ya que salto no puedo hacer, tengo el saltómetro guardado», comenta la que fuera campeona mundial del año 2018, que reconoce que extraña calzarse los patines: «¡Uf!, los echo mucho de menos, tengo ganas de ponérmelos, la última vez que estuve saltando fue el día antes del confinamiento».

Y para estar en forma cuando todo pase dedica hora y media a entrenar cada día -«hago sobre todo fuerza y también un poco de cardio»- aunque por el momento todas las competiciones están paralizadas, si bien ya comienza a tener alguna referencia del regreso: «Me suspendieron todas y pusieron un comunicado que las iban a hacer en septiembre. El Mundial iba a ser en China, en agosto, pero no tengo ni idea si lo van a suspender o aplazar, supongo que suspender».

De celebrarse sería su quinta cita universal pese a tener solo 18 años. Fue oro en Holanda en el 2018, plata en Bangkok dos años antes y sumó sendos bronces en Nanjing y Barcelona.

Desde Moaña tampoco pierde el contacto con su club, el FSV vigués, que también apuesta por mantener en activo a sus asociados. «El club está mandando vídeos con retos y también es muy divertido y bueno para entretenernos».

El FSV, entidad de referencia en el freestyle en Galicia, celebró en sus redes sociales el pasado martes el día del patinador.