La peste

Eduardo Rolland
Eduardo Rolland LA BUJÍA

VIGO

14 mar 2020 . Actualizado a las 11:32 h.

La crisis del coronavirus ha devuelto a muchos ciudadanos a la lectura. Es lo que tiene quedarse en casa. Así que esta semana hemos sabido que La peste, de Albert Camus, se ha vuelto a convertir en un superventas. El existencialismo regresa a nuestras vidas. Y, además, la temática de la novela no puede estar más de moda.

Ambientada en Orán durante la pandemia de cólera morbo asiático, bien podría también localizarse en Vigo. Que fue el puerto de España por donde entró esta enfermedad a mediados del siglo XIX. Al igual que la peste negra lo hizo por Baiona en 1348. Se dice que la bacteria Yersinia pestis llegó en el cuerpo de una pulga, que viajaba sobre una rata negra, que iba como polizona en un barco que recaló al puerto baionés. Por la maroma de aquel buque bajó a puerto una desgracia que aniquiló a un tercio de la población de Galicia en la Edad Media.

En un brote posterior, en 1569, se contaron en Vigo miles de muertos. «Los vecinos y moradores se fueron y recogieron a los montes; los que quedaron en la dicha villa murieron más de cinco mil personas y de tal manera que no tenían quien las enterrara… y muchos de ellos fueron sepultados en bodegas y en huertas», dice un documento vigués de aquella época. El pánico era tan grande que la villa viguesa quedó prácticamente despoblada.

Así que es un buen momento para volver a la alta literatura. Y releer La peste de Albert Camus. Pero también para bucear en la historia y recordar que estas desgracias ya las hemos vivido en el pasado. Una buena forma de ponernos en nuestro sitio como humanos, ahora que vuelve el existencialismo.