El Seprona confirma un repunte en los casos de maltrato animal pero puntual
05 feb 2019 . Actualizado a las 07:50 h.La matanza de cinco caballos en Oia fue «una actuación en grupo seguramente y con clara premeditación». El teniente Álvaro Lago, máximo responsable del Seprona en la provincia de Pontevedra, confirmaba ayer que esta barbarie ha sido cuando menos, la más «peculiar», de cuantas se han sucedido en los últimos años. Él lleva siete al frente de una de las especialidades de la Guardia Civil mas conocidas y valoradas dadas sus competencias medioambientales. En este tiempo ha tenido que lidiar en muchos frentes ya que el servicio abarca desde delitos contra la flora y la fauna o incendios hasta delitos contra la salud público.
Los conflictos con animales mostrencos, explica, son siempre una problemática habitual. «Incidentes con animales mostrencos hemos tenido a lo largo de los años, siempre generan algún tipo de conflicto y, muchas veces la gente los resuelve de esta forma, no es el primer caso que tenemos pero sí el más peculiar porque hay un planeamiento inicial que se ejecuta», indica el teniente.
La primera circunstancia a despejar en este tipo de delitos contra la fauna y la flora es la existencia de algún conflicto en el seno de las comunidades de montes, donde existe la ganadería en extensivo. «Sí puede ser que exista algún conflicto en este caso pero todavía no hemos determinado ninguna circunstancia . Ahora mismo está judicializado, tenemos unas diligencias abiertas y ya veremos», afirma el experto. En esta investigación pesan dos circunstancias, advierte, y son «la falta de testigos y el hecho de que se trate de un sitio muy remoto».
Los autores de estos hechos se enfrentan a penas que oscilan entre los 6 y los 18 meses de prisión por un delito de maltrato animal, en función de agravantes como el enseñamiento o que se hubieran empleado armas, indica el teniente de la Guardia Civil.
Álvaro Lago, señala que «O Val Miñor nunca fue una zona de especial incidencia con el ganado mostrenco. Teníamos más casos en otras partes de la provincia pero este es singular y puntual. Los caballos estaban además perfectamente identificados como marca la Ley».
En poco más de un año se han sucedido varios episodios de especial crueldad con animales, como el gato al que quemaron con un soplete en Baiona, o el perro Stone apadrinado por Dani Rovira, y al que salvó la protectora Baisenpulgas tras encontrarlo agonizando bajo piedras. Aún hay casos abiertos como el del perro que cuidaba toda una parroquia de Baiona. El teniente confirma que «sí hay un repunte de casos de maltrato animal», pero insiste en considerarlo «algo puntual» y descarta cualquier vinculación entre todos ellos.
El teniente valora la implicación de los ganaderos de A Groba, que se involucraron para proteger la última cabaña de caballos salvajes del mundo poniendo el microchip. La implantación de este dispositivo en la comarca de O Val Miñor y Oia «está mucho más extendida que en otras como en O Morrazo, donde hay más casos de animales atados con trancas», indica..