La empresa que llegó a tener 800 empleados plantea otra regulación de empleo
31 ene 2019 . Actualizado a las 21:55 h.Maderas Iglesias lleva ya nueve expedientes regulación de empleo en los últimos nueve años. «Tocamos a uno por año», señala Vicente Molares, presidente del comité de empresa. El comité de empresa de esta firma de O Porriño dedicada a la fabricación de tarima flotante, ha convocado movilizaciones para rechazar el nuevo ERE suspensivo anunciado por la dirección. La primera tendrá lugar este viernes, jornada en la que se desarrollará un paro de 13.00 a 15.00 horas y una concentración delante de las instalaciones de la compañía en O Porriño.
Desde la representación de los trabajadores rechazan el nuevo ERE, cuya comisión negociadora se constituirá en los próximos días y denuncian que el personal sigue sin cobrar el salario íntegro de diciembre y la paga extraordinaria de ese mismo mes. En total les adeudan una media de 1.500 euros a cada empleado.
Con estos retrasos el propietario de Maderas Iglesias «está incumpliendo» los acuerdos que habían permitido suspender la huelga convocada a finales del año pasado. «No vemos una salida a la situación que estamos padeciendo los 200 trabajadores que quedamos y la dirección sigue sin aclarar cuál va a ser el futuro da compañía», denuncia el presidente del comité, Vicente Molares
Los trabajadores quieren dejar muy claro que el ERE no es la solución, y critican la actitud del dueño y la falta de implicación de la Xunta.
«El Gobierno gallego se comprometió a buscar una solución pero pasa el tiempo y todo sigue igual», por lo que aseguran sentirse abandonados. «Parece que los trabajadores somos los únicos que queremos que a empresa
sea viable y siga funcionando», señala el presidente del comité de empresa.
800 empleados
Maderas Iglesias llegó a tener más de 800 trabajadores en la época del bum de la construcción. Fabricaban tarima flotante que se vendía en toda España. También producen parqué y tablas de madera pero la tarima es lo que mejor se vende. La producción iba como un cañón hasta que llegó el pinchazo de la burbuja inmobiliaria. Entonces se produjo el primer expediente de regulación de empleo en el año 2010. Desde ese año se han ido sucediendo los EREs. El solicitado ahora por la empresa es suspensivo, es decir no van a echar a ningún trabajador solamente les interrumpen el contrato durante un tiempo que no se ha concretado aún. Esos días, los empleados cobrarán el subsidio de desempleo. Pero el problema es que según el presidente del comité, «algunos ya han consumido más de 400 días de paro de los 720 que les corresponden». Por eso temen que se produzca otro expediente.
La situación de la empresa es complicada porque estuvo en concurso de creedores y logró salir de él pero con una deuda de más de treinta millones. Por ese motivo las naves están hipotecadas y también pesan garantías sobre la maquinaria, señalan fuentes de la plantilla.
206
Trabajadores
La empresa ha ido perdiendo efectivos en los últimos años de los 800 que tenía.