La concesion de jardines cambia de empresa por cuarta vez en 18 meses

Juan Manuel Fuentes Galán
juanma fuentes VIGO / LA VOZ

VIGO

M.MORALEJO

El servicio afronta su normalización a partir del viernes a la espera de que vuelva Althenia

19 abr 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

La sustitución de la empresa Cespa al frente de la concesión del mantenimiento de jardines y zonas verdes de la ciudad ha provocado tres años de conflicto, la interrupción del concurso en varias ocasiones, una huelga de la plantilla y la sucesión de tres sociedades al frente del servicio. Después de semejante historial, la crisis de la concesión puede resolverse en cuestión de días. Todo depende de si la actual empresa, Valoriza, recurre su exclusión a favor de su antecesora, Althenia, decidida hace unas semanas por el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG).

El plazo para tomar la decisión concluye pasado mañana y lo que ocurra ese día marcará el devenir inmediato de uno de los principales contratos del Concello. Si Valoriza no recurre, Althenia se hará de nuevo cargo del servicio. En la hipótesis de que plantee batalla en los tribunales, la situación de interinidad se alargará dos o tres años, con lo que su solución quedará pendiente para la próxima corporación municipal.

Lo que se disputa en vía judicial es la gestión de un contrato de 17,9 millones de euros por cuatro años a cargo del mantenimiento de la mayoría de los jardines de la ciudad, una cifra importante pero menor que los 24,2 millones que percibía hasta el 2015 la anterior empresa, Cespa, por realizar idéntico cometido. A la hora de convocar un nuevo contrato, las empresas presentaron bajas importantísimas, incluida la propia Cespa.

Tras estudiar las ofertas, los técnicos municipales tomaron la decisión de excluir a dos de ellas (Valoriza y la propia Cespa) al considerar que habían incurrido en bajas temerarias. Ambas ofrecían ejecutar el mantenimiento por 17,1 millones, una cifra que superó el 30 % de reducción sobre la oferta municipal, pero solo 800.000 euros por debajo de Althenia.

Esta decisión provocó una cascada de recursos judiciales que podría no haber terminado. El inicio se produjo tras la incorporación de Althenia como nuevo concesionario en septiembre del 2015. Valoriza, a diferencia de Cespa, decidió recurrir y logró la anulación de la concesión a la empresa ganadora. Tras un tira y afloja, el gobierno local decidió el año pasado que se incorporara Valoriza, pero sin esperar a que los jueces ordenaran la ejecución de la sentencia.

Semanas atrás, el caso dio un giro cuando el TSXG anuló la adjudicación a Valoriza, empresa que tiene que acordar si recurre esta decisión antes del fin de semana. Fuentes conocedoras de la situación consultadas por este periódico dudan de que este recurso se produzca ya que no cuenta con precedentes que lo avalen. De confirmarse, el gobierno local tendría que decidir el camino a seguir. A la vista de lo ocurrido a finales del año pasado, los responsables municipales se inclinan por esperar a que los jueces marquen el camino. En otras palabras, que no desalojarán a Valoriza hasta que se ordene la ejecución de la sentencia para evitar un nuevo cambio fallido.

Por lo demás, el regreso de Althenia supone que el gobierno local vuelva a tener como concesionaria a una empresa a la que impuso numerosas multas el año pasado por incumplimientos.

Cadena de recursos y un convenio laboral que no puede negociarse

Althenia se hizo cargo del servicio por una adjudicación municipal luego anulada en vía judicial. Para ello tuvo que alquilar dos naves y un importante lote de maquinaria para solo ejercer este cometido menos de 15 meses. Algo parecido le va a pasar, previsiblemente, a Valoriza, que también ha tenido que alquilar medios materiales para mantener las zonas verdes y quizás para un período más corto que Althenia. Salvo acuerdos con el Concello, se cuenta con demandas para exigir compensaciones.

Esta es una de las consecuencias del baile de empresas. Otra es el disgusto y la incertidumbre que padece la plantilla, de casi un centenar de trabajadores, que lleva cuatro años negociando el convenio con tres empresas distintas. La consecuencia es que el convenio sigue bloqueado y puede que así siga mucho tiempo. Paralelamente, se suceden las quejas por deficiencias en el mantenimiento de los jardines.