Esto pasa por no tener un multiusos

Eduardo Rolland
Eduardo Rolland LA BUJÍA

VIGO

29 ago 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

No seré yo quien llore por la cancelación del concierto de Melendi en Samil, aunque habrá que compadecerse por sus fans. También, por la dudosa imagen que ha dado de la ciudad. Si ya nos tratan mal los hombres del tiempo, tampoco ayuda que media España sepa que, en pleno agosto, se suspende en Vigo un evento al aire libre por el mal tiempo.

Esto no sucedería si la ciudad dispusiese de un multiusos, del que se lleva hablando, al menos, desde el (nefasto) mandato como alcalde de Manuel Pérez. Ha habido varios proyectos, uno de ellos precisamente situado en Samil. Pero la urgencia de estas instalaciones se fue diluyendo con los años. En su lugar, se construyó un auditorio y palacio de congresos, sin duda también necesario. Pero olvidamos que Vigo necesita también un gran recinto que acoja conciertos masivos y grandes eventos a cubierto. El pabellón de As Travesas, pese a ser varias veces remozado, jamás ha tenido una acústica mínimamente aceptable. Y el Ifevi es un espacio ferial convertido en un remedio socorrido. Pero tampoco es lo que se necesita.

Un multiusos es algo que existe en cualquier ciudad media. Santiago presume del espectacular multiusos Fontes do Sar, inaugurado ya en 1998, y que puede acoger conciertos para más de 5.000 personas. En A Coruña, el Coliseum tiene capacidad para 8.500 localidades, lo que ha permitido celebrar sin cancelaciones recitales de masas este verano, si es que la palabra «verano» es la apropiada para referirse en julio y agosto a la estación meteorológica de que gozan nuestros queridos compatriotas herculinos. Ejemplos sobran que demuestran que un multiusos es necesario en una ciudad media. Con más razón en la mayor ciudad de Galicia, con 300.000 habitantes censados y un área que supera el medio millón.

Es evidente que la economía no está ahora para grandes dispendios. Pero esto no hace menos necesaria esta infraestructura. Como tampoco deja de sorprender que no exista. Que jamás se haya construido en Vigo. Aunque basta ver lo que ha costado conseguir un auditorio, recortado en su capacidad y funcionalidades una y otra vez, y teniendo que recurrir a la financiación privada. Algo que no sucedió en otras latitudes. Pero, como pasa con el nuevo hospital público-privado de Beade, este tipo de experimentos nos los suelen colocar a los vigueses, por desgracia.

Vigo necesita un gran multiusos. Y no se convertiría en un gran espacio vacío, porque los eventos de calidad en la ciudad llenan siempre. Como lo demuestra el teatro García Barbón o el Mar de Vigo, que cuando programan algo bueno se agotan las butacas, aun con altos precios. Sería entendible que, por la terrible crisis que padecemos, se siga aplazando esta infraestructura. Pero, sobre todo, no deberíamos olvidar que hace falta. Que es una dotación que la ciudad no tiene. Y que existe en cualquier urbe media, ya no digamos en una ciudad grande como esta. Recordemos que hay prioridades cuando algún visionario vuelva a tener la genial idea de ponerle una casa a las palabras.

eduardorolland@hotmail.com