Pórtico pide la liquidación pese a superar el concurso

VIGO

La firma ha comunicado hoy a sus trabajadores que no tiene fondos para asegurar su supervivencia

05 nov 2014 . Actualizado a las 02:27 h.

«Se fundieron los dos millones del fondo. No hay dinero en la caja y los bancos no adelantan ni un euro. Esto se acabó». Es el resumen que hacía ayer un trabajador de Pórtico pocos minutos después de que el director de la empresa les notificara que han pedido la liquidación voluntaria. La petición llega justo seis meses después de superar el concurso de acreedores. Estos, en su mayoría entidades bancarias, perdonaron la mitad de la deuda ordinaria, cifrada en 32,54 millones de euros. Hay que añadir a esta cantidad otros 17 millones de deuda privilegiada, esto es, no sujeta a quitas.

La salida de la suspensión de pagos fue un paso importante, pero no definitivo en la lucha por la supervivencia. Este llegaría a mediados de agosto -eso pensaban entonces-, cuando, después de una larga negociación, el Fondo de Garantía Salarial (Fogasa), se comprometió a anticipar las indemnizaciones de los 200 trabajadores despedidos en noviembre del 2013 en nombre del plan de viabilidad de la compañía. También la Seguridad Social y Hacienda allanaron el camino de la salvación de Pórtico aceptando el aplazamiento de pagos que propuso la empresa. La suma de la deuda con ambos organismos alcanza los 4,9 millones de euros. «Si de algo no se pueden quejar es de no haber contado con el apoyo y la colaboración de todo el mundo, incluidos los trabajadores», señalaba ayer el presidente del comité, David Vales, que no se atreve a vaticinar cuánto tiempo seguirán abiertos: «Suponemos que hasta que se agote toda la mercancía».

Precisamente para comprar mercancía y ante la negativa de los bancos a prestar más dinero a la firma de decoración, el fondo de inversión americano Gordon Brothers inyectó dos millones de euros. Se garantizaban así el circulante que necesitaban para poder operar. Pero el dinero se agotó pronto, ya que no solo había que surtir las tiendas propias -les quedan 17 en Galicia y 3 en Madrid-, sino a los cientos de clientes -llegaron a tener miles- repartidos por España, Portugal e Italia.

Otra inyección no menor -2,5 millones de euros- la aportaron once nuevos accionistas, entre ellos tres empresas asiáticas con las que llevaban 20 años operando. No ha sido suficiente.