Algas en peligro de extinción

VIGO

Las gigantescas laminarias de color pardo se encuentran en recesión. Antaño se veían por toda la ría. Ahora solo los temporales las escupen.

02 nov 2014 . Actualizado a las 05:00 h.

Se llaman, o mejor dicho se llamaban laminarias y todos las conocemos, o al menos las conocíamos. Se trataba de aquellas algas pardas con forma de tridente, planas y de enorme tamaño que podía llegar a los tres metros de longitud. Era frecuente verlas formado enormes extensiones de bosques submarinos y se encontraban tan cerca de la costa que alfombraban las rocas al bajar la marea. Solo hacía falta acercarse a las rocas de A Punta, Areamiña, Coruxo y Canido para disfrutar del espectáculo. Y no digamos cruzar la ría y verlas en Meira, Moaña, Cangas.

Con esta presentación en tiempo pasado ya se imaginan el percal. Actualmente solo tras alguna ciclogénesis llegan a nuestras playas algunos solitarios ejemplares.

Hace doce años, recién declarado el parque nacional, buceábamos con Greenpeace en las aguas de Cíes evaluando los efectos del chapapote del Prestige. Entre las imágenes desagradables de aquella tragedia al menos pudimos vivir una maravilla: nadar entre los insondables bosques de laminarias frente a la pequeña playa de Cantareira. No hay palabras que describan introducirse en el agua helada y que los chocos te ofrecieran una visita guiada a través de aquellas algas gigantescas presentándonos la interminable lista de especies de flora y fauna marina que encontraban allí su hogar. Hace unas horas repetimos la experiencia, y el espectáculo, aunque en general todavía hermoso, resulta desolador. Prácticamente han desaparecido, y Cíes es una muestra de la situación general. Que en un margen temporal de apenas diez años una especie no solo común, sino abundante, se encuentre al borde de la extinción es una catástrofe ecológica sin precedentes.

Frente a esto surge la pregunta ¿Cuál es la causa? Seguro que se lo están viendo venir: efectivamente, el cambio climático. Con una temperatura del agua que supere los 18 grados las laminarias sencillamente no se pueden reproducir, y ahí está el gran problema; la temperatura media de la ría aumenta y ya es habitual superar los 19 grados. Parece poca cosa, pero el aumento en apenas 30 años de un solo grado en la temperatura media empieza a evidenciar el desastre. Sobre este diagnóstico añadamos que las predicciones avanzan para las siguientes tres décadas un aumento de dos grados más en la temperatura del agua de nuestra ría. Nadie se atreve todavía a especular las consecuencias concretas de este calentamiento, pero el conjunto de la comunidad científica garantiza que serán de todo menos buenas.

La siguiente pregunta sería: «Bueno, pues desaparecen esas algas? ¿y qué importa?» Las laminarias actúan en los fondos marinos exactamente igual que los árboles en los bosques. Cumplen la doble función de alimento y refugio para una lista interminable de especies, muchas de ellas de interés comercial.

Pérdidas comerciales

Una buena parte del declive en las capturas en la ría de calamares, chocos, robalizas, fanecas, nécoras, centollas y un largo etcétera tiene que ver directamente con la extinción de las laminarias.

Las consecuencias económicas de su extinción, solamente en la ría de Vigo y haciendo un cálculo absolutamente conservador superan actualmente unas pérdidas de dos millones de euros anuales.

Pero la economía solo es la punta del iceberg de un problema más profundo, nunca mejor dicho. La desaparición de las laminarias es una advertencia más que se suma a una muy larga lista de avisos de los que seguimos haciendo caso omiso. La estrategia seguida hasta ahora por los gobiernos de todo signo, negándose a ver las evidencias el cambio climático y mirando para otro lado, está agravando día a día una catástrofe potencial que, en un umbral de tiempo no muy lejano, ya no tendrá solución. Entonces dará mucha risa escuchar sus excusas y alegatos de ignorancia, como si no supieran la que se nos venía encima. Cuanto más tardemos en tomar medidas drásticas más difícil, y caro, resultará solucionar un problema del que, recordemos, todavía no estamos sufriendo sus consecuencias auténticamente catastróficas, que llegarán.

chequeo al medio ambiente la vegetación marina

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