El pacto PSOE-PP elude temas clave para el desarrollo de Vigo

Diego Pérez Fernández
diego Pérez VIGO / LA VOZ

VIGO

Caballero y Figueroa han aparcado el aeropuerto, el Área Metropolitana, el urbanismo, el puerto, la biblioteca o el control de las concesionarias

30 mar 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

El pacto que han alcanzado PSOE y PP en el Concello de Vigo deja cabos sueltos. Bastantes en realidad. Ambos partidos y algunas fuerzas vivas de la ciudad, con las organizaciones empresariales a la cabeza, han saludado el acuerdo por inédito. El BNG y sindicatos como la CIG lo han criticado abiertamente. Lo cierto es que aún falta que el texto se concrete en partidas presupuestarias y ejecuciones reales. Porque, más allá del espíritu que trasladan Caballero y Figueroa, y de las interpretaciones políticas, existe inconcreción por un lado y falta de ambición por otro.

El PP votará las cuentas de Caballero sin tener el apoyo expreso del alcalde al nuevo hospital (el alcalde dice mantener su oposión y no se cita en el punto que recoge la obligación de dar luz y agua a los equipamientos de las parroquias), sin tener garantizada la participación en el plan de transporte metropolitano (se tienen que estudiar costes y trayectos y se le pone un tope de financiación) y dependiendo de que operaciones como la subasta de pisos salga bien para que prospere la Ciudad de la Justicia. Y tampoco existen garantías de la rebaja del recibo del agua, ya que de momento solo se habla de un estudio y habrá que proponer a la concesionaria que cobre solo por lo que se consume.

De lo que no cabe duda es de que durante las negociaciones unos y otros han renunciado a desbloquear proyectos capitales para Vigo. El supuesto clima de consenso no ha servicio para pactar la política de vuelos de Peinador (Caballero se niega a coordinar con la Xunta) o, en materia de infraestructuras, presionar al Ministerio de Fomento con una posición común para lograr una salida directa del AVE a Ourense.

El urbanismo ni se ha considerado. Entre las renuncias del PP, tras duras críticas a Caballero durante todos estos años, está la de intervenir en una Gerencia inactiva al no haber licencias que conceder. También ignora la sede para los usuarios de Sereos, que siguen siendo atentidos en la calle, para apoyar las reinvidicaciones vecinales de Teis (como el centro cívico), para resucitar el museo de Castrelos (que languidece y cuyo patronato no se reúne desde hace años) o para controlar los contratos de las tres grandes concesionarias municipales, FCC, Aqualia y Vitrasa, con las que Caballero mantiene un "compadreo", según el PP hasta hace bien poco.

Otros temas en los que Caballero ha actuado con beligerancia contra la Xunta, como la Biblioteca Central y la creación del Área Metropolitana, tampoco se resuelven. Y puede decirse lo mismo de los sempiternos conflictos entre el Concello y el Puerto, ya que a las obras recurridas judicialmente se ha añadido la imposibilidad de llegar a acuerdos sobre el traspaso de calles o el pago de tasas.