A Zarrota cumple 50 años de setas y de vida

VIGO CIUDAD

PEPA LOSADA

Fue la primera asociación micológica de toda Galicia

30 sep 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

Y por fin llueve, con intensidad. Una buena noticia para los montes que sobreviven al fuego, y mala noticia para aquellos montes quemados en los que no se tomaron medidas para conservar el suelo, es decir, un año más la inmensa mayoría. Pero estas lluvias de otoño marcan el principio de la temporada de setas. En nuestro entorno hemos pasado en muy poco tiempo del recelo, incluso la micofobia, a una gran micofilia que provoca que cada otoño más y más personas acudan con su cesta en busca de hongos.

A pesar de esta creciente afición las setas son todavía grandes desconocidas. En realidad cuando vemos una seta lo que vemos es el fruto de un hongo que se extiende bajo el suelo. Sería algo semejante a un manzano subterráneo del cual solamente asomaran a la superficie las manzanas, por eso resulta conveniente cortar las setas y no arrancarlas, pues nadie sensato rompería toda una rama de un árbol para coger un solo fruto. Y nos falta todavía mucho por ver, porque a pesar de que tendemos a pensar que ya lo conocemos casi todo, la naturaleza es aún una gran desconocida. Apenas conocemos solamente unas 200.000 especies de hongos del millón y medio que se calcula que pueden vivir en nuestro planeta.

Su función ecológica es vital, pues consiguen el milagro de convertir la materia orgánica en alimento asimilable para las plantas, además de aumentar la capacidad de absorción de sus raíces. Podríamos decir que las setas son el procesador primario del alimento de los suelos, o lo que es lo mismo, la vida sería imposible sin ellas. Un bosque con abundantes setas es un indicador de buena salud. Por eso, con independencia de su comestibilidad, debemos recordar siempre su importancia vital.

El gran problema es distinguir una seta venenosa de una comestible. Las setas venenosas tienen distintos grados de toxicidad, que abarcan desde provocar una leve gastritis hasta resultar mortales (afortunadamente pocas especies gallegas son mortales) al igual que no todas las setas comestibles tienen el mismo valor culinario. En medio existe un gran grupo de especies que no son ni una cosa ni otra. No existe ningún truco, ni leyenda popular ni regla fija para diferenciarlas. El consejo es documentarse, consultar a expertos, empezar poco a poco y ser siempre prudentes.

Secretos familiares

La otra gran pregunta es dónde buscar setas, que aunque se pueden encontrar todo el año, es en otoño su época ideal en número y variedad. La respuesta es complicada, pues existen en campos, montes y todo tipo de bosques, pero lo resumiríamos en que hay secretos que pasan de padres a hijos y hay otros que uno se lleva a la tumba. Conocer una buena zona de setas pertenece a la segunda categoría? les deseo suerte.

Pero generalidades aparte, Vigo es y fue fundamental para la pequeña historia de la micología en Galicia. En nuestra ciudad se creó hace más de cincuenta años la primera y pionera asociación micológica gallega, A Zarrota, y aquí sigue, investigando y divulgando, y uno de sus fundadores, Antón Patiño, presidió la Federación Galega de Micoloxía, que también nació en Vigo en el año 1980. Una buena parte de la actual afición a la micología tiene mucho que ver con el trabajo de A Zarrota, que en breve presentará el programa de sus jornadas anuales de cada otoño.

También en Vigo desarrolló una buena parte de su trabajo el tristemente desaparecido Luis Freire, un referente internacional en el estudio de la micología y en nuestra universidad continúa investigando y como docente su compañera Marisa Castro, una maestra en todos los sentidos de la palabra. Las guías de setas de Marisa Castro y Luís Freire son de consulta obligatoria para cualquier setero y les aseguro que pasar una jornada de setas con Marisa Castro es un placer y un máster.

Podríamos decir que las setas son el procesador del alimento de los suelos