El Celta ha sido un equipo tradicionalmente fuerte en su campo. Balaídos no era un feudo fácil de abordar para los visitantes, pero las últimas temporadas los vigueses han entrado en una dinámica negativa en casa que parecía haberse corregido en el 2010, y que ha reaparecido este año.
En el pasado reciente, el peor año natural en cuanto a resultados en Balaídos fue el 2007, en el que solo se sumaron 25 puntos después de ganar seis partidos, empatar siete y perder otros siete. Fue la suma de los resultados en la segunda mitad de la temporada del descenso con los de los primeros meses de la primera campaña en Segunda.
Para no batir el récord de esa cifra negativa, el Celta necesita al menos ganar cuatro de los siete partidos de liga que le quedan en casa hasta final de año. También valdría con ganar tres y empatar otros tres, con lo que solo se podría ceder una derrota. Tienen que pasar por Balaídos hasta finales de diciembre el Valladolid, Las Palmas, Huesca, Cartagena, Hércules, Sabadell y Guadalajara.
Además del 2007, también fueron pésimos el 2006 (27 puntos), el 2008 (29) y el 2009 (27). Cuatro años consecutivos de muchos regalos en casa. Esa dinámica negativa se rompió en el 2010 durante la recta final de Eusebio en el banquillo, con 6 victorias, 2 empates y solo una derrota entre enero y junio, y los primeros meses de Paco Herrera, con 6 triunfos, 3 empates y 3 derrotas entre agosto y diciembre del año pasado. Esto le dio al Celta un total de 41 puntos en casa. Parecía que Balaídos volvía a ser un fortín, pero el castillo se vino abajo de nuevo en el 2011.