«Me dieron 30 euros y dos bocadillos por hacer de mendigo en 'Piratas'»

xulio vázquez VIGO / LA VOZ

VIGO

Un músico callejero de Vigo relata su experiencia en el rodaje de la serie.

17 jun 2011 . Actualizado a las 11:14 h.

Toca la flauta en la calle y tiene a un perro con él. De necesitar un padrino para bautizarlo, a cualquiera se le ocurriría lo de perroflauta. Pero, se lo pensaría dos veces, si conociese esta máxima del filósofo Montaigne: «La palabra es mitad de quien la pronuncia y mitad de quien la escucha». Al músico callejero José Luis Díez Boral (43 años) también le conocen por el apelativo cariñoso El niño. Tiene aspecto de bucanero y no desentonaría al lado de Johnny Depp en una enésima entrega de Piratas del Caribe. De hecho ya tuvo sus segundos de gloria en una serie de la televisión. «Me dieron 30 euros y dos bocadillos por hacer de mendigo en Piratas, afirma.

-¡Tan poco! ¿Acaso le costaba pedir limosnas?

-(Risas). En el primer capítulo solo salí en una imagen fugaz, como una sombra. Pero el pasado lunes incluso dije «una monedita». En otra escena, trato de robar una pastilla de jabón en un mercadillo y me pilla el hijo del dueño. Salgo corriendo, me doy de bruces con los guardias y les grito: «¡Hijos de... Soltadme!»

-¿Quién le enseñó a tocar?

-Aprendí en la calle, de oído.

-Pues, no lo hace mal.

-Gracias. Le doy un aire.

-¿Qué suele tocar?

-Mago de Oz, Gwendal, Jethro Tull... Música celta.

-¿Cuánto le costó la flauta?

-Me la regaló una coleguita. Yo había perdido mi flauta y alguien me la devolvió ocho meses después.

-¿Lleva muchos días por Vigo?

-Estoy casi de paso, pero aproveché para tocar en la calle del Príncipe. Soy natural de Puertollano (Ciudad Real), aunque llevo en Galicia desde 1993.

-¿Dónde vive?

-Vivo en una buhardilla en Vilagarcía de Arousa. Pero, de cuando en cuando, cojo el tren y vengo a Vigo, para seguir en barco hasta Cangas. La primera vez fue para presenciar el primer Festival Intercéltico.

-¿Solo se dedicó a la música?

-Hice de todo. Fui cocinero, camarero, temporero en el campo, mozo de carga y descarga... Pero sin seguro. Cobraba en negro. Ahora me dedicó a la música y también a la artesanía en cuero.

-¿Fue alguna vez un sin techo?

-Un montón de veces.