Año V, Era II, AC/DC

VIGO

12 jun 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

La historia de Vigo se divide, según la alcaldía, en AC/DC: Antes de Caballero y Después de Caballero. Ayer se inició la Edad Segunda de su mandato y el Año V de la Era Fundacional o, como dirían los romanos, ab urbe condita. Nuestro regidor vistió de nuevo el armiño de la alcaldía.

Quiso el destino que él mismo hubiese de presidir su propia coronación, como concejal electo de mayor edad. Esto no supuso para él un contratiempo. A lo sumo, pudo molestarle desprenderse unos segundos del bastón de mando, para que se lo reentregase la edil más joven, Teresa Egerique, quien se inmoló en el sacrificio supremo de la ceremonia. Inspiraba piedad verla estrenarse con semejante papelón. No se recordaba una secuencia tan dramática con chica desde las películas de King Kong.

A la salida de tan edificante acto, encargué en mi librería la novela «El invierno de las almas desterradas», título que le viene al pelo a los grupos municipales del PP y del BNG. Se trata de la segunda obra de un escritor llamado Abel Ramón Caballero Álvarez y promete darme un verano de grandes diversiones.

Por esta ciudad estoy yo dispuesto a los más altos sacrificios. Y es así como me he leído ya las otras dos novelas de nuestro alcalde, «La puerta amarilla» y «La elipse templaria».

Para ser justos, diré que me gustó más la segunda. La primera me resultó demasiado fantasiosa, en cuanto presenta una historia de amor entre un terrorista de ETA y la hija de un banquero, que bien podría ser Ana Patricia Botín, en medio de un escándalo farmacéutico y los planes para volar el Bernabéu en pleno derbi ante el Barça. Demasiadas emociones, para mi gusto.

La elipse templaria está bastante mejor. Y, hojeándola ayer, me encontré algunos pasajes que hablan del ideario político de Caballero. En un intenso momento, un personaje proclama: «Es preciso instalar en Europa un gran gobierno sinárquico desde el que los hombres más sabios, justos y bondadosos rijan los destinos de la Europa cristiana y busquen el renacimiento interior del ser humano». Como no sé qué significa «sinárquico», busco otra cita más inteligible.

Y encuentro dos que sí revelan la idea que el escritor tiene del poder. En la primera, se dan consejos a un rey medieval: «Aunque vuestra razón os diga que es imposible y os asalte la duda, seguid siempre». Pero la más ilustrativa es esta, dirigida al protagonista: «Ramón, hay que hacer lo que hay que hacer. No dejes que la duda haga mella en tu espíritu y te aparte de tu destino. Sé tú y actúa». Como Caballero se llama también Ramón, entiendo que el personaje es un trasunto de sí mismo. Y que se aplica esta máxima como alcalde, entonando ante las críticas un «¡Dale, Ramón!» Así suena más heavy, pero también más propio de AC/DC.

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