La pareja puso en marcha en Tui hace dos años la primera escuela hípica de la zona
22 may 2011 . Actualizado a las 06:00 h.Casper, Lady, Calipher, Barbie, Turby o Quilmes son algunos de los habitantes de Equigalia, un centro hípico que abrió hace dos años en Tui. Elvira Crespo y Luis López son los responsables del recinto ecuestre que ocupa 10.000 metros cuadrados arrendados a la comunidad de montes de Pexegueiro.
Equigalia es la primera escuela hípica de la zona y el sueño de Elvira, que desde niña deseó vivir rodeada de caballos. Ahora el sueño es a veces una pesadilla «por el estrés que supone tanto trabajo, pero sarna con gusto no pica», recuerda el dicho ella misma. Luis, su marido, siempre había sido más forofo de otros caballos, los de tracción mecánica sobre dos ruedas. Pero ahora tiene aparcada la afición por la modalidad motociclista del enduro, que no descarta retomar en cuanto las riendas de la empresa que han puesto en marcha juntos le dejen algo más de tiempo libre, ya que la mayor parte de su jornada laboral transcurre junto a dos socios más en un negocio de suministros industriales del metal. Tanto ella como él y sus dos hijas, Paula y Marta, que también se han aficionado al trote y al galope, viven a caballo, nunca mejor dicho, entre Vigo y Tui.
La oportunidad de iniciar esta aventura comenzó cuando se encontraron con un ingreso extra a raíz de la venta de un piso y en vez de apostar por la moda de la inversión en el sector del ladrillo, «nos decidimos por algo que realmente nos llenase y nos gustase a los dos», recuerdan. «Lo primero que hicimos fue buscar una finca en una zona no urbanizable para hacer, en principio, unas cuadras. Pero nos fuimos liando», reconocen. Un amigo arquitecto les animó a hacer algo más ambicioso hasta crear lo que hoy es Equigalia, un complejo aún en crecimiento que cuenta con 30 boxes, un picadero cubierto de 800 m2, una pista exterior de 2.800 m2 y otra pista de calentamiento de 900 m2. «Estamos muy contentos, tenemos más de 80 alumnos, 15 caballos en pupilaje y otros tantos en la escuela de equitación», repasan.
«Por el momento no hacemos competiciones porque gran parte de los alumnos son principiantes, pero el objetivo es poder ir a concursos y, por otra parte, hacerlos nosotros también», cuenta Elvira, que es profesora titulada de equitación por la Federación Hípica Galega.
En el centro cuentan también con un profesor de nivel avanzado para clientes particulares y tienen en proyecto contratar a otros profesionales para hacer clinics de doma clásica y vaquera.
«Hay gente que viene a recibir clases y otros a montar por su cuenta. El pupilaje incluye alimentación y limpieza de la cuadra y vienen a a disfrutar de su caballo cuando quieren», explica Elvira. «Montar a caballo o incluso tener uno propio ya no es tan elitista. Ahora casi te cuesta lo mismo que ir al gimnasio», apunta Luis.
En la escuela, además de impartir clases de iniciación, perfeccionamiento y saltos, organizan visitas guiadas para colegios y campamentos de verano. Su idea es seguir creciendo y planean, con el tiempo, ampliar servicios. Las instalaciones no solo acogen caballos. En esta Arca de Noé también hay perros, cobayas, pájaros y hasta una cerda vietnamita.
Aunque fue Elvira la que siempre ha tenido afición por la hípica desde niña, Luis se contagió pronto de su apego por los caballos. Ella está volcada en esta empresa en todas sus vertientes, que son muchas, y además es profesora de saltos. Él se encarga de organizar y guiar rutas por los alrededores.