El gol del Mundial, con Balón de Oro

Xurxo Fernández Fernández
Xurxo Fernández REDACCIÓN/LA VOZ.

VIGO

06 dic 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

Fue un pase de Cesc el que puso el Balón de Oro a los pies de Iniesta. La asistencia que el manchego convirtió en el primer título mundial de España le sirvió en bandeja al del Barça el galardón de mejor jugador del planeta. Los tres candidatos a este trofeo individual se darán hoy a conocer, pero como no hay premio sin filtraciones, en esta ocasión es el diario italiano La Gazzetta dello Sport la que asegura haber recibido el chivatazo de que el jurado coronará al de Fuentealbilla.

De acuerdo al mencionado periódico deportivo, el podio de nominados lo completarían otros dos jugadores culés. El actual portador del reconocimiento, el argentino Leo Messi, habría quedado esta vez tercero en las votaciones, mientras que el segundo puesto lo ocuparía Xavi.

El cerebro que maneja las órdenes de Del Bosque y Guardiola sobre el césped sería de este modo el gran derrotado de la actual edición, a la que llegaba como favorito. El FIFA Balón de Oro (esta vez son dos galardones en uno) regatea al experto en la creación para ir a parar al mayor ejemplo de polivalencia que ha dado el fútbol en mucho tiempo. Un chico para todo del medio campo hacia delante en cuya hoja de servicios figura incluso alguna actuación suelta en el puesto de lateral.

Cada vez que el equipo ha quedado huérfano de Xavi (ya sea el Barça o la selección), ha sido Iniesta el motor de recambio. Así ocurrió hace un mes, cuando al de Tarrasa se le fundió el tendón de su talón de Aquiles. Al 8 no le pesa la camiseta del 6, ni tampoco la del 10. Sin la capacidad de desborde de Messi, principalmente por cuestiones de velocidad, el de Fuentealbilla es tan capaz de dar un pase definitivo como de trasladar la bola sorteando rivales en solitario. Sus acciones están plagadas de efectivos taconazos, regates imposibles y algún que otro gol. Casi siempre, el fundamental.

Iniesta no es precisamente un delantero letal, ni siquiera un mediapunta de espectacular llegada. En su mejor temporada anotadora, la 2006-2007, apenas hizo nueve dianas en todas las competiciones con su club. Pero la calidad de sus tantos está muy por encima de su cantidad. La campaña 2008-2009 encierra el ejemplo perfecto. Solo un gol en Champions. Probablemente el que permanecerá más tiempo en el imaginario culé. El que tumbó al Chelsea en el descuento. El que consagró al manchego como otro producto de lujo de una Masía inagotable.

Nada ha cambiado dos años después. La 2009-2010 concluyó con tres dianas de Iniesta vestido de azulgrana, redondeadas en verano con otro par de tantos enfundado en la roja de España. Uno para solventar una fase de grupos que se había puesto cuesta arriba y otro para hacer saltar de alegría a un país.

En la encrucijada entre la horizontalidad de Xavi y la verticalidad de Messi, el Balón de Oro parece haber rodado por el camino del medio. El de Iniesta.