La fraternidad ilustrada

B.R. Sotelino VIGO/LA VOZ.

VIGO

Los hermanos vigueses Norberto y Jacobo Fernández Serrano comparten pasión desde niños y profesión desde adultos: el dibujo, el cómic y la ilustración son su vida

09 dic 2010 . Actualizado a las 13:26 h.

En casa de los Fernández Serrano nunca faltaron ni tebeos, ni lápices, a pesar de que los hermanos Norberto y Jacobo se encargaron de devorarlos todos. Sobre todo Norberto, que le lleva cuatro años al menor. «Cuando empecé yo, él ya dibujaba y ya coleccionaba cómics. Y aún sigue. De hecho, aún hoy en día los que leo me los presta él, que abrió el camino. Yo fui detrás», reconoce Jacobo, aunque su hermano le rebate: «Yo fui el primero pero solo porque nací antes. Él ya tenía la afición latente al dibujo». Norberto se recuerda leyendo y dibujando al estilo cómic desde que tiene uso de razón, en aquella época en la que mamaron afición de todo lo que caía en sus manos: Tintín , Astérix , Spiderman , Pulgarcito , Tiovivo , Mortadelo , Joyas Literarias Juveniles o Esther y su mundo «que los compraba mi hermana y yo los leía igual», admite. «Siempre fue mi principal afición y cuando me enteré de que podía ser un medio de vida tiré por ahí», recuerda. Pero como sabía que era y es una profesión «arriesgada», antes probó otras opciones: «Trabajé en una entidad bancaria mientras mandaba carpetas a las editoriales y cuando empecé a obtener respuesta y ver posibilidades de dedicarme a ello, dejé la banca», cuenta.

Jacobo siguió una trayectoria diferente para llegar al mismo lugar. A partir del instituto tomó el camino de la pintura y estudió Bellas Artes. Al acabar probó varias salidas laborales y se quedó en ese compendio de cómic, ilustración y escritura, «en el que las cosas funcionaron mejor», medita. Pero el dibujante no hace diferencias. «No es que ya no pinte, en el fondo para mí todo es lo mismo, contar historias con los cuadros, con la imagen, con la palabra o combinándolo todo. No tengo sensación de haber salido de un camino hacia otro», asegura.

Jacobo también escribe cuentos para niños que ilustra él mismo. El año pasado ganó el Premio Merlín de Xerais con Mil cousas poden pasar , y ahora termina la segunda parte, que saldrá en primavera.

Norberto trabaja en este momento para la editorial americana Week Start, dibujando una novela gráfica de fantasía, acción y terror con guionista americano. «Hay que buscar opciones en mercados extranjeros porque la cosa aquí esta muy mal y se va a poner peor. Para llegar a fin de mes no queda otra. La producción española está pasando por un momento muy malo», afirma. Por eso, los autores combinan su pasión con el diseño publicitario, storys para anuncios, ilustración de libros de texto y literatura infantil, diccionarios, talleres en colegios, cursos, caricaturas en programas de televisión.... «hasta guías de peces. Hay que combinar todo lo que te sale», argumentan. Los dos son autodidactas y también autores de sus historias. El mayor también trabaja con guionistas en Estados Unidos y España, pero la mayoría de los argumentos son suyos. Los de Jacobo, todos.

En cuestión de gustos son muy parecidos, pero hay matices. «Él lee bastante, pero yo soy un fanático absoluto», reconoce el mayor. Lo que ahora le tiene hipnotizado es el manga japonés. En cuanto a su estilo, Norberto opina que él tiende a un exhibicionismo más visceral, caricaturizado, exagerado y desfasado, y su hermano enfoca su obra de un modo contenido, sencillo dulce y suave. «En una visión más superficial mis dibujos son más cañeros, aunque el fondo es más retorcido el suyo. Y Jacobo pinta mejor que yo», sentencia.