Fotografías para volver al pasado

David Suárez Alonso
David Suárez VIGO/LAVOZ

VIGO

Un galerista de Beverly Hills se interesó por las imágenes retro de esta viguesa

08 jun 2010 . Actualizado a las 12:45 h.

La nostalgia inunda las fotografías de Carla Fernández Andrade. Sus imágenes nos transportan al pasado, a una época en que todas las cámaras eran analógicas y las Polaroid instantáneas eran el último grito. Carla de pequeña ojeaba y ojeaba las fotos de familia y quizás esos recuerdos hayan influido a la hora de crear su estilo detrás de una cámara. «Al principio lo hacía inconscientemente pero ahora me he dado cuenta de que me gustan unas texturas y unos colores cálidos que tienen una estética muy retro», cuenta. Empezó como un juego pero en dos años ha conseguido que se hayan interesado por su obra varias revistas europeas e incluso un prestigioso galerista de Beverly Hills.

La pasión de esta viguesa de 26 años por la fotografía es bastante reciente. Siempre le ha gustado el mundo de la imagen y, de hecho, estudió Comunicación Audiovisual y trabaja en una productora de cine publicitario en Madrid. Pero no se atrevió a ponerse detrás de una cámara de fotos hasta que en las Navidades del 2007 su padre le regaló una vieja Polaroid. «Empecé a jugar con ella y disfrutaba muchísimo captando momentos o imágenes que me fascinaban y al mismo tiempo podía darle mi toque particular», recuerda Carla.

Sus amigos le animaron a abrir un perfil en Flickr y cuando lo hizo le empezaron a llegar felicitaciones desde todas partes del mundo. También se interesaron por su obra revistas de fotografía como la holandesa I love photo , la inglesa We Heart o las italianas Interstizi y Positive Magazine. Carla estaba «flipando» con la repercusión del portal y ya no pudo cerrar la boca cuando contactó con ella Arnaud Gregori para pedirle tres de sus fotografías para su proyecto 52 Editions. Este galerista de Beverly Hills pretendía demostrar con esta exposición online que el arte no es el algo que debe estar solo al alcance de los ricos. Eligió a nuevos fotógrafos de todo el mundo para vender su instantáneas por precios que oscilaban entre los 45 y 120 dólares.

Aunque las ventas no fueron espectaculares, Carla reconoce que este proyecto le abrió muchas puertas en Estados Unidos y le dejó claro que es imprescindible que presente su trabajo a convocatorias y certámenes. «Ahora procuro mantenerme siempre activa. Sigo sacando todas las fotos que puedo y presentando proyectos. Muchos de los que hago finalmente no los presento pero están ahí. Seguro que me sirven para algo algún día y si no por lo menos ya me han ayudado a aclararme y desarrollarme».

Su vista está ahora puesta en su primera exposición en España. Será en Vigo después del verano. Carla participará en una de las propuestas del Centro de Gravedad Permanente de la asociación Amalgama. Le hace especial ilusión debutar en su ciudad porque la adora y además es una de sus fuentes de inspiración. «En Vigo y en Nigrán siempre tengo ganas de hacer fotos. Puedo hacer infinitas en una tarde y no me canso. Después vuelvo a Madrid y casi no cojo la cámara».