El centro incorporará la nave a su muestra permanente y quiere botar la recreación del barco de Darwin en Cervo
22 feb 2010 . Actualizado a las 12:17 h.A finales de noviembre del año pasado, el Museo del Mar inauguró la exposición más ambiciosa de su historia. Con Navegando no Beagle , el centro vigués se sumaba a las conmemoraciones del 150 aniversario de la publicación de El origen de las especies y los dos siglos del nacimiento de Darwin con una exposición que continúa abierta y tiene como reclamo la recreación del famoso barco a escala 1:5 respecto al original, de 30 metros de eslora.
El director del museo, Pablo Carrera, es también el comisario de esta muestra de producción propia que ha costado más de 100.000 euros. Carrera, además, acudió a Londres para conseguir piezas originales y los planos del navío, y el museo sacó a concurso público la construcción de la reproducción. Francisco Fra Rico fue el elegido entre el colectivo de los carpinteros de ribera de Galicia, y desde el pasado mes de mayo se afana en la recreación del mítico bergantín, «traballando nel coma noutro barco, non é unha maqueta», aclara. El Beagle a escala se lleva 50.000 euros del presupuesto, más 15.000 destinados a la asesoría técnica de la agrupación de carpinteros.
El artesano empezó el trabajo en su taller de San Cibrao, en el Concello de Cervo, y cuando ya tenía la estructura principal, trasladaron el esqueleto de la nave hasta el Museo do Mar con la idea de que el buque fuera creciendo mientras la muestra camina hacia su clausura, prevista para el próximo 28 de marzo.?Dos meses y medio después, se puede ver cómo se desliza metafóricamente hacia el mar, ya que la intención natural, como barco que es, es que navegue, claro. Fra no tiene ninguna duda de que lo hará. Al menos, técnicamente. De lo demás se encarga Carrera, y su idea es que su botadura se celebre en Cervo. «Xa houbo conversacións co concello, pero non temos nada cerrado», cuenta.
La embarcación, a pesar de que para ojos profanos aún parece lejos de navegar, está, según aseguran los profesionales, casi lista. «Puxémoslle a cuberta principal, os baos, as escotillas, forrouse interiormente e estamos cos remates, pero traballando tamén nos interiores porque polo tamaño do barco, hai que facelo antes de ponerse coa arboladura», explica. Después, pintarán y antes de poner las velas forrarán los bajos del casco con planchas de cobre, «como en la época, para que la broma no se comiera la madera», apunta Carrera. El director del museo asegura que la nave formará parte de la colección permanente del museo, aunque reconoce que no sabe dónde lo van a poner: É unha xoia que quedará contextualizado dentro do proxecto para do gabinete científico que estamos facendo», aclara.