«Voy por el quinto modelo de Harley Davidson, pero sin destrozarlas»

Xulio Vázquez

VIGO

12 ene 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

Dicen que los moteros saben mejor que nadie por qué disfrutan los perros cuando sacan la cabeza por las ventanillas de los coches. Pero Juan Sobrino del Río (46 años) prefiere vivirlo a contarlo. Además, sus sensaciones se elevan a la enésima potencia porque viaje en una Harley Davidson. Y expresar lo que se siente, cuando el viento golpea la cara manejando una motocicleta, es como querer diseñarle una jaula a la libertad. Quizá por ello son como los viejos roqueros, que nunca mueren. -¿Recuerda su primera moto? -Fue cuando tenía 15 años. Mi padre me compró una moto de trial. Era una Montesa Cota. Luego tuve otras de monte, de enduro. Pero solo como aficionado. -¿Cómo llegó a la Harley Davidson? -Hace ya once años, pero no fue por algo en especial. Siempre me gustaron y quería una moto de carretera. En aquella época apenas existían en Galicia y los escasos concesionarios que había eran muy pequeños. Me compré una Sportster, la Harley más pequeña y económica del mercado. Aunque son bastante caras, porque ya me valió 1.500.000 pesetas. Ahora es más barata. -¿Cuántas ha tenido? -Voy por el quinto modelo de Harley Davidson, pero sin destrozarlas. He disfrutado las cinco familias, porque también tuve una Dyna. Además de la Softail, Touring (son esas grandotas que usa la policía americana, que llevan emisora de radio y todo) y la familia de las V-Rod, que son las más modernas, con un motor preparado por Porsche. Ya es otro concepto distinto del tradicional. -¿Cuáles son las características del modelo que tiene actualmente? -Ahora tengo una Softail en su variante Custom. Pero la he personalizado a mi gusto. Está pintada en blanco roto o viejo y lleva un entramado de calaveras en gris clarito y la figura del Tío Sam, pero en plan calavera, porque quise que mantuviese ese aire típico americano. Estas motos traen algunos cambios de fábrica. No son tan largas, ni la rueda delantera va tan adelantada, debido a que nuestras carreteras tienen muchas más curvas. Su peso pasa de 300 kilos. Todo lo contrario de las motos japonesas, que miran más a la velocidad. Lleva un motor de 1.600 centímetros cúbicos y puede alcanzar los 170 kilómetros por hora. Pero nunca la puse al máximo, porque es un vehículo para pasear y realizar viajes más bien cortos. -¿Cuánto le costo? -Unos 20.000 euros, pero sin los extras. -¿A qué lugares viajó? -El más largo que hice fue al centro de Portugal. -¿Pertenece a algún club? -Sí, tenemos una división en Galicia de lo que es el club oficial de Harley Davidson en el mundo entero. El nuestro se denomina Galicia Chapter. Somos 75 socios, con algunas chicas. Pero solemos reunirnos los de la zona sur gallega. -¿Qué siente encima de su moto? -Lo único que puedo decir es que me encanta. Además de la compañía de otros moteros, está el paisaje. Sin pisar el acelerador.