Filipe perdona el trato «injusto» del club y dice que se queda «contento»

Rubén Ventureira

VIGO

El brasileño asegura que no fue él el que presentó la denuncia que existe en la FIFA a su nombre

22 ago 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

Unos días antes de que se frustrase su fichaje por el Barça, Filipe Luis decidió callar para los medios de comunicación, con los que siempre se había mostrado afable. Ayer, horas después de que Brasil lo convocase por primera vez para un partido oficial, optó por abandonar el mutismo. En su comparecencia de prensa, el lateral expresó sus sentimientos pasados con frases como «pensaba que mi cláusula tenía un valor mucho más grande que lo que cobro» o «no me sentí recompensado [con una salida hacia el Barça] tras haberme dejado la piel tres años por este club». Repitió varias veces la palabra «injusticiado» (sic), aplicada a sus críticos y al club, refiriéndose al trato injusto que en su momento creyó que le dieron. Empleó el tiempo pasado en todo momento, como si ahora pensase ya de otro manera. El hecho es que su cláusula sigue siendo la misma que entonces (20 millones), y su sueldo también.

Quiere reenamorar a Riazor

Filipe templó gaitas ahora que sabe que se quedará en el Deportivo al menos una temporada más. Asume que se expuso demasiado, que su manifiesta intención de irse al Barça ha dañado su imagen a ojos de un sector de la afición, con la que, dijo, intentará congraciarse en el césped. «He leído cosas malas en Internet [se refiere a foros de aficionados], que no quería haber escuchado», dijo. Se le pidió un mensaje para la hinchada, pero no aprovechó para pedir perdón: «Mi mensaje a la afición va a ser siempre en el campo». Quiere reenamorar a Riazor con su fútbol.

Filipe regresó con urgencia de Brasil para reunirse con el presidente. ¿Por qué buscó aquel encuentro? «Nadie [del club] me llamó, me dijo nada, por eso quise hablar. Estuve esperando que el club me llamase, que me dijesen "Tranquilo, no pasa nada, te queremos aquí", pero eso no pasó». Y, dado el silencio institucional, quiso reunirse con Lendoiro: «No quería forzar la salida, me estaba sintiendo injusticiado [sic]. Lo que pensaba era que la cláusula tenía un valor mucho más grande que lo que cobro. Pedí hablar para que se pensase un poco en mi futuro. En un momento solo se estaba pensando en el club. He dejado mi piel por el Dépor y en aquel momento no me sentí recompensado», argumentó. «Era el futuro de mi vida. Era mi deseo, quería crecer, y el Dépor no me podía dar eso, sentía que mi futuro no interesaba», se extendió sobre este punto. Apuntó que la única oferta oficial del Barça fue por ocho millones. ¿Un precio justo? «Es una pregunta muy complicada. Si tú miras lo que cobro y lo que pagaban, era un negocio muy bueno; si miras la progresión, a lo mejor podían pedir más».

No ve un único culpable en su frustrado traspaso. Cree que hubo «una cadena de errores, como en un accidente de avión». «Nos hemos equivocado yo, mi representante [ahora ya no tiene], el Dépor, el Barça», enumeró. Aseguró que el presidente no le prometió abrirle las puertas la próxima temporada. Y que asume feliz que se queda en A Coruña: «Estoy contento aquí. Mi representante me habló de ir a Ucrania, a Rusia, y dije no». Solo quería ir al Barça, pero no pudo ser.

Su paso por la sala de prensa dejó una incógnita. Filipe negó que la denuncia que existe en la FIFA a su nombre la haya presentado él. ¿La pudieron tramitar sus ex representantes en su nombre?: «No creo que lo hayan hecho sin consultarme».