El Celta permanece impasible. En toda la temporada no ha elevado una sola queja al estamento arbitral, ni a la federación ni a la Liga Profesional. Practicando un corporativismo que en absoluto parece reportarle beneficios.
La situación más chocante se dio cuando la fiscalía decidió archivar el presunto amaño del Athletic - Levante que descendió al Celta de Primera división la pasada temporada. «Acatamos la decisión», fue la única respuesta sin ninguna pataleta de por medio.
De los diez penaltis en contra y del ingente número de tarjetas que les llevó de liderar el juego limpio a ser uno de los más amonestados, tampoco ninguna reacción. Clamaron en soledad contra Melero López tras perder en Balaídos contra el Castellón, recordando que había sido el mismo colegiado que anulara un gol legal a Dinei en Murcia y el mismo que le había regalado un penalti al Alicante en Balaídos, pero a nivel oficial nada hicieron.
Tampoco le han ido bien las cosas con los recursos. A David Rodríguez le sancionaron con tres partidos que resultaron inamovibles.