El amor a la manera de Cangas

J. Santos

VIGO

El certamen de cartas amorosas llega a su undécima edición y se celebra editando un sello y un libro con todas las ganadoras

06 feb 2009 . Actualizado a las 10:21 h.

Cangas celebra desde hace once años un certamen de cartas de amor que, por el momento, logra mantener el interés de un nutrido grupo heterogéneo de personas animadas a plasmar por escrito sus sentimientos, emociones, desamores, fracasos, anhelos y demás emociones propias del enamorado. Son cartas dirigidas habitualmente al amado o a la amada, pero también las hay al propio Amor, con mayúsculas, a los padres y a la madre patria. Hasta recibió un premio una encendida misiva de una perrita agradecida a su amo.

Para celebrar que el certamen pasó felizmente la década, el departamento de Xuventude cangués decidió editar un libro que reproduce las cartas ganadoras de los diez primeros años, además de un sello conmemorativo que se pondrá en circulación el día de San Valentín, cuando se falla el certamen.

Este año, enviaron cartas 110 personas, la mayoría menores de 17 años, que compiten por los premios de menor cuantía (75 y 40 euros para los dos primeros y un lote de libros para el tercero). A la categoría de mayores remitieron misivas 35 personas, que optan a los premios de más entidad, 210, 150 y 120 euros.

El ganador de la pasada edición fue, precisamente, el que dirigió su carta al Amor. Se mostraba desesperado, el hombre, incapaz de enamorarse: «Como toda axuda é pouca, aquí estou, pedindo consello ao mesmo Amor. Porque a teoría máis ou menos seina pero no que fallo e na posta en práctica».

Una pequeña se mete en la piel de Pepe, un paisano de 70 años al que el «carca» de su hijo metió en un asilo del que espera salir para vivir eternamente feliz con su Maruja. Manuel le escribe a Martina mientras espera el avión que lo llevará a Senegal para decirle muy claramente lo mucho que la desprecia por haberlo dejado.

Si las cartas reflejan algo de la realidad, puede concluirse que son tantos o más los que sufren con el amor que los que disfrutan de tal don, estado, situación o circunstancia. «Sinto que mil puñais se atravesan e me sumerxen nunha morte infinita», decía en 2005 la ganadora, Tamara, abandonada por su novio o marido sin explicaciones, motivo por el que afirmaba amarlo y odiarlo a partes iguales.