Los problemas de la dirección del movimiento vecinal con el actual alcalde se plantearon nada más tomar posesión Abel Caballero. A lo largo del 2008 la crisis entre ambas partes se agudizó y, con la llegada del 2009, la federación tiene claro que el enfrentamiento puede mantenerse en los mismos términos durante todo el mandato municipal. Debido a ello, la dirección que encabeza Elena González ha diseñado una estrategia para sobrevivir al veto del alcalde, una situación sin precedentes desde que se creó la federación vecinal.
El primer paso en este sentido consistió en anular las periódicas solicitudes de entrevista con Caballero que la ejecutiva vecinal le hacía llegar todos los meses. Ninguno de estos escrito logró respuesta, por lo que llegaron a la conclusión de que no tenía ningún sentido mantener esta postura que incluso podría debilitarles. No obstante, públicamente han dejado claro que si el alcalde los convoca acudirán de inmediato.
En paralelo, la federación ha decidido cuidar sus relaciones con los otros dos partidos con representación en la corporación municipal. Asumiendo que el veto de Caballero en la práctica les impide dialogar con el PSOE es de vital importancia tener cauces abiertos con nacionalistas y populares, algo que hasta ahora han conseguido.
Opciones diferentes
En el caso del Bloque no hace muchas semanas que González suscribió un importante convenio de colaboración con el conjunto de las áreas nacionalistas del gobierno vigués. Con esta medida, el teniente de alcalde Santiago Domínguez (BNG) dejaba claro que ni mucho menos secundaba la propuesta de boicot que Abel Caballero aplica de manera inflexible desde hace año y medio.
Además de su relevancia política, para la federación era clave contar con una ayuda económica de unos 70.000 euros para mantener su estructura y las actividades que organiza desde hace años. El apoyo del Bloque contrasta con la imposibilidad de cobrar los 54.000 euros del convenio con las concejalías del PSOE que llevaron a cabo durante el año pasado. Según la federación han cumplido sus compromisos y justificado documentalmente estas actividades, pero el Concello no les ha entregado el dinero pese a que existía consignación presupuestaria. Como en las peticiones de entrevista, sus demandas de cobro han sido respondidas con el silencio.
En medios próximos al movimiento vecinal se cree que podrán hacer frente a esta situación sin tener que reducir su plantilla ni rebajar los servicios que ofrecen a los ciudadanos. En este sentido, los acuerdos firmados con entidades crediticias (Caixa Galicia y Caixanova, principalmente) les han permitido mantener a todos sus empleados.
Buena muestra de lo engrasado que están sus cauces de interlocución con PP y BNG fueron las entrevistas que mantuvo Elena González y otros directivos con Santiago Domínguez y la ex alcaldesa Corina Porro (PP) el pasado otoño. Ambos políticos respaldaron las gestiones de la federación para impulsar la ley del área metropolitana que la Xunta no ha querido tramitar en los últimos cuatro años.
A comienzos de las fiestas navideñas la directiva vecinal celebró su tradicional comida por el aniversario del Estatuto. Además de la presencia de personalidades destacadas de la vida pública local proyectaron un vídeo de la vicepresidenta del Gobierno central, María Teresa Fernández de la Vega. Fue una forma de demostrar que el movimiento vecinal gallego, que actualmente preside también Elena González tiene relaciones con los gobiernos de Madrid y Santiago.