Nieve y leones

VIGO

11 ene 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

Ha vuelto a nevar en Vigo y me ha dado por pensar en los leones. ¿Qué opinarán las fieras, en sus jaulas de A Madroa, viendo caer los copos sobre su sabana miniatura de cartón piedra? ¿Y qué pensarán el tigre o la pantera negra, en aquellos altos vigueses barridos por la cellisca?

Me disgustan bastante los parques zoológicos. Si deseo ver fieras, y no puedo sufragarme un viaje a Kenia, tengo en la televisión un vasto surtido de canales que me ofrecen hermosos documentales sobre la vida de estos bichos en libertad, con imágenes estupendas y comentarios de avezados zoólogos, que me cuentan a qué se dedican estos animales en su hábitat.

En Vigozoo, por el contrario, sé a qué se dedican esos mismos bichos: A vernos a nosotros. El bostezo del león, que en National Geographic resulta sobrecogedor, en A Madroa da una imagen de aburrimiento indecible. Los animales de los zoos son fieras tristes, con menos vida que los leones de bronce de los buzones de Correos.

Un amigo, profesor de Ciencias en la Universidad de Vigo, sostiene que, cuando se ve obligado a ir a un zoo, mira las hormigas. Y, en lugar de las aves enjauladas, observa a las que andan por las copas de los árboles. En su opinión, los insectos y los pájaros son los únicos que tiene sentido que estén allí.

Yo no soy tan radical. Y, simplemente, si lo puedo evitar, no voy.

Reconozco, sin embargo, que Vigozoo ya no es lo que era. Que ha dejado de ser aquel campo de concentración, aquel Guantánamo de leones enjaulados, tigres deprimidos y monos enloquecidos. En los últimos años, se han habilitado espacios más dignos, recintos abiertos, piscinas, árboles? Lugares que imitan, siempre sin lograrlo, las condiciones en que vivirían en su hábitat original.

Pero, ¿qué pasa en estos días de invierno y nieve con las fieras de Vigozoo? ¿Quién le va a explicar al león que le nieve encima? ¿Cómo van a entender la ventisca helada el tigre o la pantera?

Yo me imagino que, estos días, en Vigozoo, deben estar de fiesta los pingüinos. Los imagino por allí, muy estirados, dándose aires sobre las placas de hielo. De vez en cuando, lanzarán una mirada altiva sobre los reyes de la selva muertos de frío. Luego, llegará el verano y cambiarán las tornas. Pero ahora son días de gloria para el pingüino de Candeán.

Pienso en las historias que se vivirán en A Madroa, a la espera de que regrese el sentido común. Que se abran las jaulas y que zoos como el de Vigo dejen de acumular a leones deslocalizados y a otros pobres bichos tristes y fuera de lugar.