Con un fútbol pobre y mucho sufrimiento se acabó el maleficio

Víctor López

VIGO

El Celta no había sido capaz aún de ganar un partido en Balaídos en el 2008

17 feb 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

Casi dos meses después, la afición viguesa volvió a ver ganar a su equipo. La visita del colista resultó más dura de lo previsto. Del partido de ayer, las únicas lecturas positivas para el celtismo están en que los tres puntos se los llevó el Celta, y que numéricamente todo es posible a diecisiete jornadas para la conclusión del campeonato.

La vuelta al 4-4-2

Con la plantilla casi al completo, López Caro decidió retomar la idea de sus inicios. Otra vez dos puntas y eso significó que se acabó con la libertad de Canobbio para jugar por donde quería, y volvió a encomendarle la banda izquierda. Como siempre duró lo justo. El uruguayo busca de forma intuitiva el centro. Eso obligó a desplazarse a Diego Costa y una vez más, el Celta jugó una hora sin flanco izquierdo. Queda la duda de si este dibujo táctico fue puntual o va repetirse en las próximas semanas.

Una pareja inesperada

La convocatoria de esta semana carecía de teóricos centrales reserva. Con la marcha de Contreras al Braga, Peña lesionado, y Lequi sancionado, el entrenador céltico consideró que Jonathan Vila podría cumplir esa función si fuese necesario. Rubén se lesionó y le tocó el turno al porriñés. El azar quiso que volviese a jugar justo ante el único equipo contra el que fue titular en esta temporada. Se colocó como central derecho y el inesperado tándem con Agus funcionó a medias. La primera pérdida de balón importante del medio campo cogió vendido al improvisado central y Toedtli hizo el empate. Después en el último cuarto de hora de partido, respondieron ante una situación que podía ser complicada. No parece que Vila vaya a tener más ocasiones de jugar en esta demarcación. Su sitio parece estar en posiciones más avanzadas.

Errores de medio campo

Un alto porcentaje de los goles que recibe el cuadro vigués, especialmente en Balaídos, se producen por pérdidas de balón en el centro del campo. El de ayer fue uno más. El Celta siempre está vendido en los repliegues. Mientras la grada, sigue sin ver estrenarse a Ariel Rosada. El argentino solo ha jugado a domicilio (Córdoba y Éibar).

Con Quincy y uno más

El regreso de Quincy de la Copa África se hizo esperar. La grada lo recibió como si se tratase de la única y gran esperanza para engancharse al tren del ascenso. El ghanés y la entrada de Okkas cambiaron el partido. El Celta encontró el gol ante un rival que jugó más de media hora en inferioridad numérica.

El noveno gol de Perera

El extremeño sigue con unos números extraordinarios. Quizás si Stoichkov no lo hubiese marginado en el primer tramo del campeonato podría hablarse del máximo goleador de la categoría. Sus porcentajes de acierto sigue siendo altísimos, aunque ayer medio gol fue por la asistencia de Okkas.