Curro se va al Caribe y se lo carga

VIGO

Un documental producido por la viguesa Ana Salceda, afincada en California, inicia una campaña dirigida a los turistas para proteger los arrecifes de la Riviera Maya

29 ene 2008 . Actualizado a las 11:00 h.

Hace unos años, la campaña publicitaria con el lema Curro se va al Caribe resultaba simpática. Hoy en día, los millones de «Curros» sin conciencia ecológica que se pasean por la costa mexicana son una amenaza para el entorno natural debido al crecimiento desmesurado del turismo en una zona incapaz de absorber tanto visitante sin dejar secuelas letales para el medio ambiente.

Los científicos ya han dado la voz de alarma. El arrecife mesoamericano es el segundo más largo del mundo después de la barrera coralina australiana. Se extiende desde México hasta Honduras pasando por Belice y Guatemala y en cada uno de estos países se ve amenazado por diferentes causas: sobrepesca, contaminación, turismo de cruceros o el desarrollo costero acelerado con falta de planificación e infraestructuras básicas que garanticen un desarrollo turístico sostenible, como es el caso de la Riviera Maya.

La viguesa Ana Salceda empezó en el 2006 a trabajar para Sea Studios Foundation, un equipo con base en Monterrey (California) integrado por documentalistas, científicos y expertos en comunicación cuyo trabajo está enfocado a mostrar «lo entrelazadas que están las formas de vida humana con la naturaleza para motivar al público a la acción para enfrentar las amenazas urgentes que se presentan a la salud del planeta», cuenta la periodista, que acaba de finalizar el proyecto Coral Connections como directora y productora.

Hambre para mañana

Tras meses de investigación durante los que consultaron con expertos del área y el sector turístico, propusieron a sus socios (entre ellos, las fundaciones Tiffany & Co. y WWF), centrarse en el primer país del arrecife «y usar la Riviera Maya como base para estudiar un fenómeno que se está dando en infinidad de puntos del tercer mundo con potencial turístico abiertos a la inversión extranjera y la creación de empleo, que en muchos casos se convierte en pan para hoy, hambre para mañana», señala.

Salceda, que nació en Panamá, destino elegido por sus padres para emigrar en busca de un futuro mejor, creció en Vigo, estudió Ciencias de la Información en Madrid y se especializó en Relaciones Internacionales. El destino la llevó de nuevo a Panamá, donde trabajó en diversos medios y empezó a hacer documentales. Después se mudó a Boston, donde colaboró con varios medios y se integró en el departamento de Psicología de la Universidad de Harvard para colaborar en un estudio sociológico denominado Moral Sense Test . Hace dos años se trasladó a California y en Sea Studios desarrolla las dos facetas que más le apasionan: la comunicación y el medio ambiente.

El pacto del viajero

«En España ya estamos de vuelta -cuenta-, pensando en aligerar la presión en las costas y tratando de salvar el Mediterráneo, pero en países menos desarrollados aún estamos a tiempo de frenar el impacto destructivo y cambiar de modelo de desarrollo. Para mí hay algo muy importante como profesional de la comunicación y activista ambiental, y es el poder de la opinión pública. Eso nos llevó a elegir al turismo internacional como objetivo, ya que somos los ciudadanos del mundo los que -a través de la demanda y cambio de actitudes- podemos cambiar la oferta y parar así esta tendencia generalizada que amenaza con acabar con los últimos paraísos que quedan».

Por eso, como parte del proyecto, a través de la web www.coralconnections.org invitan a la gente a jurar el pacto del viajero, que consiste básicamente en aprender y respetar una serie de reglas básicas antes, durante y después de un viaje a esos paraísos terrenales y de esa manera convertirse en un green traveler . «Si cada uno respetase estas normas generales y se informase sobre qué hacer y qué no, contribuiríamos a no dañar el ecosistema del lugar que elijamos para las vacaciones». Por ejemplo, indica la periodista, «si no compramos souvenirs de coral, concha de tortuga y demás especies que necesitan ser protegidas, nadie las vendería. Si no comiésemos especies que no están en temporada, nadie las pescaría. Si solo fuésemos a hoteles que respetan el medio ambiente (no construidos sobre el manglar o que usan energías renovables y no contaminan el acuífero o el mar con detergentes o aguas sin tratar), ya se encargarían los hoteles de construir el próximo de una forma más amigable con el planeta».

Con Edward Norton

«La cultura maya y el sistema de ríos subterráneos fue algo que me acabó de cautivar de este proyecto». Tanto es así, que convenció al resto del equipo para rodar allí Dirty Secrets , uno de los episodios de la segunda temporada de Strange Days on Planet Earth , una coproducción para National Geographic protagonizada por Edward Norton.