Memoria de Vigo Los fracasos de Barcelona y Sevilla, causa de que no se aprobara el certamen
06 ene 2007 . Actualizado a las 06:00 h.Quienes pudieran asombrarse con la World Fishing de 1973, la primera edición del certamen, deben saber que antes se intentó lo mismo en numerosas ocasiones, siempre con el fracaso como acompañante. Hubo un intento especialmente significativo para organizar la Exposición Internacional de la Pesca en 1935, pero lo cierto es que los proyectos fueron varios a lo largo de casi un siglo, como demostré allá por 1985 en un libro sobre el tema. La Corporación Provincial acaba de editar una obra, con el simple título de «Manuel Gómez Román», que refleja en cinco trabajos la vida y obra del singular arquitecto vigués. Firman el estudio expertos tan cualificados como Francisco Fernández del Riego o José Ramón Iglesias Veiga, y los también buenos conocedores del asunto Carlos Sanbricio y Rivera de Echegaray, José Ramón Pereira y Marian Leboreira Amar; ésta, desde el Colegio de Arquitectos que preside, ha impulsado la publicación. Asombra a quien no conozca el talante y la obra de Manuel Gómez Román, la abundancia de su arquitectura de papel, de proyectos que no llegaron a ejecutarse. Un caso especial es el del nutrido grupo de bocetos de la Exposición Internacional de Pesca de 1935 en Vigo. Ya en marzo de 1929, a instancias de nuestro Concello, con el apoyo de numerosas entidades locales, un consejo de ministros de Primo de Rivera tomó en consideración la propuesta de celebrar el certamen. Tres meses después Gómez Román había puesto sobre el papel todos los contenidos del ambicioso proyecto, a desarrollar en el área Estación de Trasatlánticos-Muelle de A Guía y en el monte del Castro. Gómez Román diseñó un hermoso pabellón central, edificios nuevos para aduana y alhóndiga, pabellones específicos de conservas, salazones, materiales iluminados y un acuario, entre otros. Se preveían más cambios, tal como la remodelación de la Alameda. En definitiva, se aprovechaba la Exposición para cambiar la imagen de Vigo, para modificar sustancialmente su urbanismo, de acuerdo con el espíritu de las exposiciones universales. El Ayuntamiento llegó a confeccionar un presupuesto de 42 millones de pesetas para acometer las obras necesarias. Probablemente nunca ha habido en la historia de Vigo ningún otro proyecto común que ilusionara a tantos vigueses, que uniera tantas voluntades en el esfuerzo, entusiasmo que se orientó a favor de nuestro personaje en un momento dado, teniendo en cuenta su gran trabajo. Se planteó nombrarle hijo predilecto de la ciudad. La estancia del general Primo de Rivera en Mondariz en agosto de 1929, con algún que otro desplazamiento a Vigo, produjo expectación. Fue entonces cuando el dictador, impresionado por el desastre de las exposiciones de Barcelona y Sevilla, decidió no apoyar más el certamen vigués sobre pesca previsto para 1935.