COMENTARIO | O |
24 ene 2006 . Actualizado a las 06:00 h.En una sociedad democrática, la libertad de expresión significa que la prensa y todos los ciudadanos podamos decir las cosas gusten o no gusten a los demás simplemente para que se sepan. Cuando se exponen hechos y argumentos con independencia de criterios, como explicación de la realidad, estamos defendiendo la libertad, y la razón que avalan nuestra opinión. Nuestro ser necesita saber, trabajar, disfrutar,..., conceptos que sin ellos no concebiríamos una sociedad moderna. Cuanto más se pueda discrepar pacíficamente y mediante el diálogo permanente y constructivo, más estaremos garantizando el derecho de los ciudadanos. Evitando la opacidad, estamos contribuyendo a decir lo que pasa, lo que nos afecta y evitando las restricciones y el extremismo. Ya sé que esto significa enfrentarse a grandes retos y obstáculos, pero debemos animar a todos que ejerzan sus derechos para un futuro mejor. Buscando los mejores argumentos que avalen nuestra opinión o encontrando otros que demuestren nuestros errores, supone siempre el intercambio de ideas, formas de libertad y funcionamiento del sistema democrático. Expresarse en un debate abierto, contrastando ideas y mensajes, con pluralismo y diversidad, sólo así garantizaremos los diferentes derechos, y fortaleceremos el sistema. Hay que persuadir, emplear el talento y no silenciar o denigrar a los demás. Y hoy, más que nunca.