Círculos concéntricos

La Voz

VIGO

17 oct 2005 . Actualizado a las 07:00 h.

Con esa encomienda como objetivo de cabecera anda estos días de gira el grupo de baile de Tahen, que ayer actuó en Vigo. Eligieron el lenguaje universal de la danza que, por cierto, dominan con maestría, para llamar la atención sobre los problemas a los que el país, especialmente los niños y los jóvenes, han de enfrentarse cada día. Música, sonrisas y mucho colorido sobre el escenario tratan de dibujar el futuro que los bailarines, con edades entre 8 y 20 años, esperan vivir. Quieren pasar página a guerras y dictadura. La tarea no es sencilla, máxime si se tiene en cuenta que viven sobre un inmenso campo minado. No sé quién calcula estas cosas, pero se estima que debe de haber alrededor de ocho millones de minas antipersonas (¡que ya son minas!) diseminados por todo el territorio. Así, no es extraño que cada día se produzcan tres nuevas víctimas de tales engendros. De hecho, con el grupo de baile viajan dos niñas que han perdido sendas piernas por cometer el pecado mortal de pisar donde a quién sabe quién se le ocurrió enterrar una trampa sin fecha de caducidad. Precisamente la escuela de Secundaria que quiere abrirse con el dinero producto de al gira, se ubicará en Tropeang Kbakl Sva, una de las zonas más minadas de Camboya. Detrás de la idea está el jesuita Enrique Figaredo y la ONG Sauce. Pues ojalá que un día, como pedía Juan Luis Guerra, les llueva café. A los camboyanos, y a los somalíes, y a los sudaneses, y a los... Reflexiones en voz alta Y compartidas con más de 30 personas. Claro que los asistentes al retiro cultural del pasado fin de semana por tierras de Monçao, todos ellos ligados a la Fundación Premios da Crítica, tuvieron tiempo no sólo para reflexionar, sino para disfrutar (las caras de la foto resultan elocuentes) con mil y un placeres, incluido el de la mesa y, por supuesto, el del paisaje. No en vano eligieron el pazo Lugar de Serrade como base de operaciones. En su surtida y cuidada bodega se aplicaron a las catas, y en sus salones a disfrutar de la buena mesa y de la música en directo. Es lo que tiene que entre los retirados hubiera más de un virtuoso. Por haber, hubo tiempo hasta para la poesía. Modesto Hermida escribió una para la ocasión. Fue su particular regalo. Por lo que se refiere al capítulo principal, el reflexivo, estuvieron de acuerdo en varias cuestiones. La primera que los Premios da Crítica se harán públicos un mes antes de su entrega. Quieren evitar agobios a los galardonados, que se enteran del fallo del jurado seis o siete horas antes de que se produzca el acto de entrega. A partir del próximo año se acabó tanta improvisación. Además, habrá una publicación anual, cuya dirección correrá precisamente a cargo de Modesto Hermida, en la que se recogerán todos los detalles de cada edición. En la fase reflexiva, también llegaron a la conclusión de que el próximo mes de mayo se convocará el foro Enrique Peinador, en cuyo comité ejecutivo no sólo habrá nombres de la Fundación. Será el caso de Benigno Sánchez. Por aquello de que no sólo de dirigir la RTVG vive el hombre. Y a finales de noviembre nos explicarán polo miudo un proyecto para recuperar el Couto Mixto, y se preparará el 75 aniversrio de aquel periplo de los Ultreias , la organización que creó Álvaro de Casas... Pero estas iniciativas requieren más espacio. Prometo ampliarlas. El señor Mortensen pasea estos días por el festival de Sitges su personaje de Alatriste. Con tal motivo es carne fija-fija de entrevista. En una que le hacían ayer en la Ser le preguntaba Cansado qué se siente al tener una ciudad con su nombre. Pues estoy feliz vino a responder el actor que, en ese español porteño que se gasta, fruto de sus años en Argentina, explicó que había visitado Vigo de pequeño con su padre. Explicó también que sabe que su equipo de fútbol se llama Celta. Y no porque le siga, sino porque su amigo Cavallero lo primero que hizo cuando le fichó el equipo fue enviarle una camiseta celeste con la leyenda «Celta de Vigo». Y es que Viggo Mortensen es un futbolero confeso. Con tal motivo no me extraña que le dijera al entrevistador «no sólo tengo una ciudad, sino que tengo un equipo». Horacio, al loro.