El Miño nunca visto

Monica Torres
Mónica Torres CERVEIRA

VIGO

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El primer museo de agua dulce luso, que este mes abrirá sus puertas en Cerveira, ofrece una novedosa perspectiva del padre de los ríos gallegos y de sus gentes

13 jun 2005 . Actualizado a las 07:00 h.

El primer museo de agua dulce de Portugal abrirá sus puertas el último fin de semana de mes. Este espacio nace como una invitación para profundizar en el conocimiento del padre de los ríos gallegos y en el papel que ha jugado en el devenir de los municipios fronterizos de su cuenca. Se trata pues, según manifestó el propio regidor cerveirense, de «ver el Miño como un elemento esencial de nuestra historia y del patrimonio común que hay que poner en valor, divulgar, proteger y estudiar». El inmueble, que ha supuesto una inversión de 2,5 millones de euros, está ubicado en la ribera del río, en la zona conocida como O Casteliño. Dispone de diez acuarios para acoger a ejemplares de todas las especies que habitan en el Miño, desde su nacimiento hasta La Foz, y que se pueden adaptar a la vida en cautiverio. Salmón, trucha, solla, rodaballo o anguila y así, hasta cuarenta variedades que en su mayoría han sido recogidas en piscifactoría para evitar el estrés que les provocaría perder la libertad. Desde Alemania viajarán las dos nutrias que, a partir de este verano, recibirán a los visitantes en un tanque gigante ubicado en la planta baja de las instalaciones. El complejo dispone además de una zona diferenciada para estudiar los factores que puedan amenazar la supervivencia de las poblaciones y desde la que se promoverán distintas iniciativas científicas y pedagógicas. La cultura miñota está representada en otra sala en la que, a través de un archivo de imágenes antiguas cedidas por un gran número de personas y asociaciones de toda la Eurorregión, así como de objetos ligados al arte de la pesca se describe la historia de las sociedades ribereñas. Para la realización de actividades complemetarias se ha diseñado un auditorio, en la segunda planta, al lado de la bilioteca y la cafetería. La gestión política del gobierno cerveirense se centra en sacar el mayor partido a las potencialidades del Miño. Buena prueba de ello es que en las inmediaciones del museo se está construyendo además un parque biológico para intentar desestacionalizar el turismo. El proyecto contempla distintos espacios para usos diferenciados pero compementarios. Los amantes del deporte dispondrán de campos de juego para practicar mini golf, fútbol, patinaje o escalada. Los que prefieran algo más relajado podrán adentrarse en el jardín botánico que rodea el recinto y que alberga ejemplares representativos de la zona, como el chopo, el cerezo bravo, el salgueiro o la vidueira. También la flora acuática tiene su hueco, en el estanque que separa el museo de agua dulce del parque biológico. Todos estos planes promueven la «defensa absoluta del río», una apuesta que pasa, según el alcalde, por impedir la posible construcción de mini centrales eléctricas que «arruinarían la región».