Reportaje | Un barrio que no se libra de la polémica La parroquia sirve para todo: desde un basurero hasta un estadio de fútbol, pasando por otro hospital público o los únicos polígonos industriales que se crean en Vigo
06 ene 2004 . Actualizado a las 06:00 h.?ás de 325 hectáreas de superficie forestal y sólo cinco mil habitantes dan para mucho. Eso han debido de pensar los políticos en las últimas décadas. Porque hay una parroquia que se ha convertido en el cajón de sastre de Vigo. ¿Que había que crear un vertedero para llevar la basura de la ciudad? Valladares ¿Que hacía falta un nuevo acceso a la Universidad? Valladares ¿Que se necesitan polígonos industriales? Valladares. El último capítulo de esa utilización variopinta del barrio viene con el plan general de urbanismo. En Navia no cabía el nuevo estadio de fútbol, en Cabral no lo quisieron y en Balaídos no es posible reconstruirlo. ¿Dónde hacerlo pues? En Valladares. La decisión de sellar O Zondal es quizá la única noticia verdaderamente buena que han tenido los vecinos desde hace muchos años. Costó sangre, sudor y una empacadora en Guixar. Ahora lo que hay son muchas promesas para la parroquia. La única firme es la de construir el nuevo centro cultural de O Pedregal, que ya figura en los presupuestos de la Xunta para el 2004. Pero falta completar el saneamiento, crear de una vez por todas el jardín botánico, habilitar suelo para viviendas, construir un túnel para evitar la desfeita del segundo cinturón... División Las carreteras. Ese es otro capítulo a reseñar. Primero fue la autovía a O Val Miñor, para la que hubo que pelear un falso túnel de doscientos metros; después llegó el vial que sube de Castrelos al campus universitario, que prácticamente no da ningún servicio al barrio; y ahora está siendo la circunvalación, para la que no acaban de conseguir un túnel de dos kilómetros que no divida a la parroquia y que impida unos terraplenes de considerable tamaño. El concejal de Urbanismo, José Manuel Figueroa, asegura que «ese debate está cerrado». No es posible. El Ministerio de Fomento le dejó muy claro al anterior alcalde, Ventura Pérez Mariño, que ya no se podía volver a modificar el trazado. Nadie duda de que Vigo necesita ese segundo cinturón como agua de mayo para aliviar la pesada carga de su tráfico. Y lo mismo ocurre con el suelo industrial. Las empresas muerden por un metro cuadrado. Los responsables de Consultora Galega, a la hora de preparar el nuevo PXOM, recogieron esta impresión en el vecindario: «Parece que somos a reserva industrial do Concello de Vigo». Hay razones para pensarlo. Todos los polígonos empresariales que se están creando coinciden por el mismo lugar, indefectiblemente. El parque tecnológico arrancó con más de un millón de metros cuadrados. Iba a ser una especie de Silicon Valley del I+D gallego, pero se quedó en un parque industrial puro y duro, en el que la investigación ocupa un porcentaje poco menos que ridículo. En la época del alcalde Manuel Pérez había que emplazar una ciudad del transporte y el delegado de Zona Franca, Pablo Egerique, se dijo: «¡En Valladares!». El consorcio también apuró los trámites para que el grupo PSA, con la nave de Faurecia, pudiese iniciar la implantación y, al mismo tiempo, ampliar la factoría de Balaídos hacia atrás, hacia el cajón de sastre de siempre. A Garrida Luego, en la etapa del regidor nacionalista Lois Castrillo, llegó la idea de desarrollar un nuevo polígono en la zona de A Garrida. La Xunta nunca había puesto ni una peseta para parques empresariales en Vigo, cuestión que quiso corregir el conselleiro de Política Territorial, Xosé Cuíña. La cosa aún está por tomar cuerpo. «Agora, o máis gracioso é que se está falando de Valladares tamén para facer a cidade do conxelado, trasladando as empresas de frigoríficos que están en Beiramar, e tamén para sacar as naves industriais situadas en torno ó río Lagares», dice con mal disimulada indignación el presidente del centro cultural y vecinal, Elisardo Dacosta. Deporte De ser así, y son ideas que aparecen en el borrador del nuevo plan general, la transformación que va a vivir la parroquia es brutal. Ya no son sólo los polígonos empresariales o las vías de gran capacidad. El documento urbanístico también plantea la necesidad de crear dotaciones en el paseo que va del parque de Castrelos hasta Lagoas-Marcosende. Las tres más destacadas son el jardín botánico, el cuarto hospital público del área metropolitana y la Ciudad del Deporte. Este último proyecto abarca una superficie de más de 500.000 metros cuadrados. Se pensó como un centro de alto rendimiento para atletas y deportistas de modalidades en las que Vigo despunta. La alcaldesa del PP, Corina Porro, tenía una patata caliente con lo del estadio y, nada más asumir el cargo, se ha dicho: «¡A Valladares!». Los vecinos reciben hoy al concejal de Urbanismo para hablar del asunto.