Este miembro de la nobleza reconoce que mantener el pazo, además de un privilegio, supone una carga y un problema desde un punto de vista económico
04 ene 2003 . Actualizado a las 06:00 h.Lleva la sangre azul en sus venas. Gonzalo Fernández de Córdoba y Calleja es el actual Conde de Gondomar, descendiente directo de Diego Sarmiento de Acuña. Fue oficial de caballería y actualmente vive en Madrid. Acude con frecuencia al pazo de Gondomar para descansar. -Su pazo es uno de los símbolos de la riqueza histórica de Gondomar. -Yo diría que es uno de los pocos que siguen pasando de padres a hijos desde el comienzo de su historia. El mío lo mandó construir Don Diego Sarmiento. Soy el décimosegundo propietario. No quiere decir eso que seamos doce generaciones. Mi padre murió antes que el suyo y yo heredé el título y la casa de mi abuelo. Ha habido más casos de esos en mi familia. -¿Cuál es el recuerdo más antiguo que tiene de Gondomar? -He venido todos los años, menos durante la Guerra Civil y en la década de los 70 por problemas familiares. Recuerdo vagamente a mi abuelo, el anterior Conde, recibiéndonos cuando era niño a la entrada del pazo. Venir era, y sigue siendo, una maravilla, como un premio. Me considero gallego, de Gondomar. -¿Qué significa ser conde en la actualidad? -Un orgullo. Indudablemente, no es un mérito propio, ya que el título viene de familia, pero es difícil poder llevarlo y defenderlo con todo el honor que se merece tenerlo. -¿Nunca falta a su cita con Gondomar? -Vengo cada verano. En invierno acudo dos o tres veces, pero no me hospedo en la casa, porque es muy difícil mantenerla abierta durante todo el año. -¿En qué condiciones está? -Todo lo bien que podemos. Además de ser una suerte y un privilegio tenerlo, también es una carga y un problema desde el punto de vista económico y de mantenimiento. Está resguardado por una muralla de tres kilómetros, tiene mucha extensión construida y cuando no es un tejado, es un muro. Estamos continuamente con problemas. -¿Cuánto costaría una restauración? -Todos los millones se los traga el pazo en una tarde. -¿Lo abre al público, de acuerdo con la Ley de Patrimonio? -En verano con muchísimo gusto recibo a mucha gente que viene a verlo, algo que me satisface enormemente. -¿Qué le parece la organización de una jornada sobre el primer Conde? -Un acto de justicia. La figura de Don Diego estaba un poco abandonada en el tiempo y en la historia. Me parece muy oportuno y me alegra muchísimo la jornada organizada por el Consello da Cultura porque España y Galicia le deben mucho a este personaje.