La Fundación Laxeiro exhibe los Premios L''Oreal de Arte Contemporáneo La Colección L''Oreal de Arte Contemporáneo, fruto del premio creado por la filial española de la multinacional cosmética hace 17 años, se exhibe desde ayer en la Fundación Laxeiro. Enre la selección de obras -29 en total- figuran las de autores de prestigio en el ámbito artístico como Soledad Sevilla, Santiago Ydáñez, o los gallegos Antonio Murado, Almudena Fernández Fariña o Salvador Cidrás.
12 abr 2002 . Actualizado a las 07:00 h.El comisario de la exposición, Fernando Francés, explicó que la Colección L''Oreal es «un termómetro de la evolución de la pintura con vínculos con el arte pop, el expresionismo, el constructivismo, la abstracción geométrica, etc, de forma que podría formar un paisaje de la realidad estética española». Según indicó el presidente de la firma en España, Carlos Martínez Massa, «hace 17 años que L''Oreal se dijo cómo podría devolver a la sociedad lo mucho que recibe de ella y encontró la respuesta en los muchos jóvenes artistas que necesitan un canal para difundir sus creaciones». Después de darse cuenta del flaco favor que sería tener los cuadros colgados en su sede, la marca cosmética ha organizado una muestra itinerante de la colección siendo Vigo la primera ciudad gallega que la acoge. El premio, que es uno de los más prestigiosos de cuantos se convocan en el país, cuenta con un jurado experto y estable que ha sido una de las claves de su consolidación. Este año, como novedad, a especialistas como Simón Marchán Fiz, Luis Gordillo, Miguel Fernández Cid y María de Corral, se suman Estrella de Diego y el subdirector del Reina Sofía, Enrique Juncosa. La nueva convocatoria del certamen, abierta, y con plazo de admisión del 1 al 15 de junio del 2002, establece una dotación de 30.000 euros para el premio además de 18.000 en compra de obras que el jurado proponga. Carlos Príncipe, que acudió a la presentación como presidente delegado de la Fundación, alabó la iniciativa sociocultural de la firma privada y criticó la actitud de empresas gallegas bollantes que no devuelven ni una peseta de su plusvalía a la sociedad. «Menos mal que nos queda la globalización», dijo.