En las reuniones que la empresa concesionaria y representantes del Concello, Autoridad Portuaria y Zona Franca mantienen desde hace meses para diseñar la ejecución de las obras de conexión del túnel de Beiramar con la autopista se había establecido la fecha de ayer para iniciar los trabajos. También se había decidido que el cierre del paso subterráneo se realizaría en esta primera fase. Pese a ello, el Concello, entidad promotora del proyecto, decidió en enero retrasar hasta el 1º de marzo el comienzo de los trabajos y por tanto la clausura del túnel, una medida que preocupa a los responsables municipales. Sin embargo el retraso no tiene nada que ver con esta última cuestión sino con la imposibilidad municipal de tener listo el operativo de desvío de la circulación para mediados de enero. El departamento de Tráfico debe diseñar y preparar las señales que se van a colocar por toda la ciudad para organizar itinerarios alternativos, algo que se ha visto dificultado por la reciente baja del ingeniero de este departamento (nombrado delegado de Industria en Ourense). Algunos fuentes aseguran que Tráfico carece también de presupuesto económico para acometer este complejo proceso. Precisamente al rertrasarse la obra del túnel el Concello optó por adelantar la de Pi y Margall ya que ambas no pueden coincidir en el tiempo.