CHAKA KHAN, DIVA PLETÓRICA

La Voz

VIGO

BEGOÑA R. SOTELINO CRÍTICA

03 dic 2001 . Actualizado a las 06:00 h.

El Casino de Póvoa volvió a tener el privilegio de acoger sobre su escenario a una gran estrella, después de haber pasado por allí mitos como Liza Minelli, Ray Charles o Tony Bennet. En esta ocasión, una de las grandes artistas del soul y el funky de las últimas décadas del siglo pasado. Suena al Pleistoceno, pero es así. Chaka Khan, una leyenda de la música negra que ha creado escuela, empieza a ser conocida ahora por muchos gracias a la banda sonora de una película, El diario de Bridget Jones, y su versión del I''m every woman que popularizó también Whitney Houston. A pesar de que el jazz es una de sus grandes pasiones, Chaka, con un inagotable chorro de voz a sus casi 50 años, ofreció un espectáculo en el que se inclinó por en el sonido disco-funky-rock que levantó a la audiencia de sus sillas para ponerse a bailar entre las mesas después de la cena, y fue menos generosa con las melodías lentas, a excepción de una fantástica recreación de My funny Valentine. La vocalista americana, acompañada de una excelente banda en la que destacó su guitarrista, desmadrado tocando con la boca, a lo Hendrix, y un coro de tres magníficas cantantes, desgranó canciones como la famosa Ain''t Nobody, con la que ganó el Grammy en el 84, o el tema de Prince con el que consiguió otro Grammy, I feel for you. La diva presentó también a su hermano, Mike Stevens (ella se llama en realidad Yvette Marie Stevens), que la acompañó rapeando la composición del genio de Minneapolis. Chaka Khan redondeó un concierto desbordante de energía aunque se fue sin regalar ni una propina. Habrá quien argumente que 75 euros (12.500 ptas) por una cena y un recital de antología es demasiado caro, aunque sea capaz de gastarse lo mismo, sin rubor, por una entrada para un partido de fútbol. brodriguez.vigo@lavoz.com