LA CIUDAD DEBE RETOMAR EL SENTIDO COMÚN

La Voz

VIGO

ALBERTO MARTÍN DE HIJAS OPINIÓN

31 ago 2001 . Actualizado a las 07:00 h.

A construcción de nuevas infraestructuras en las ciudades, circunvalaciones, accesos o remodelaciones ferroviarias, construcción de líneas de alta velocidad, han sido casi siempre motivo para fuertes remodelaciones urbanas. Los ejemplos abundan por todos los lugares y no es necesario enumerarlos. Estas remodelaciones urbanas, han sido -en general- cuidadosamente planificadas, han cambiado de aspecto y mejorado notablemente a las ciudades afectadas. Vigo nunca ha sido un ejemplo de crecimiento armónico ni de planificación, no es ningún autoodio el calificar el crecimiento de Vigo como «salvaje». Nadie sabe a ciencia cierta que tipo de AVE va a llegar a Vigo, no se sabe si va a ser un veloz halcón o un «AVE» de corral, pero se puede suponer que las obras ferroviarias incluirán la perforación de Puxeiros, la construcción de una estación Central en Sárdoma y probablemente la realización del viejo proyecto de perforación del muro de la estación para que la línea nueva no quede aislada, lo que supone un menor uso de la actual estación. Además, la construcción de una variante con túnel de la A-52 será inevitable. Estos hecho obligan a que la ciudad se plantee una ordenación urbana rigurosa y de futuro que solvente los «olvidos» que conforman el Vigo que conocemos. Necesariamente esta ordenación debe abarcar grandes zonas de la ciudad, como se ha hecho en Santiago, Vitoria, Pamplona y otras ciudades. Esta gran ordenación debe usar como herramienta principal la expropiación y la posterior salida al mercado, algo novedoso en Vigo pero usado en todas las ciudades; ahí está Santiago que en unos años ha pasado de una villa (las malas lenguas decían aldea con catedral) a una urbe estructurada. Permítaseme insistir en este aspecto, ya que la actual ciudad de Vigo es el resultado de las licencias solar a solar, de los microestudios de detalle etc. El Polígono de Coya (construido hace casi 40 años) y el futuro PAU de Navia son las excepciones a la trayectoria habitual del urbanismo en Vigo. Cuando se conversa con los responsables de urbanismo sobre este asunto todos son excusas: que si es muy cara, que si Santiago ha tenido un apoyo extraordinario de las instituciones. Sin suponer por su parte mala voluntad, creo que las reticencias a la expropiación son injustificadas y que nunca se ha intentado. Es cierto que la expropiación es una medida dura pero la desvertebración de la ciudad es una enfermedad que no se cura con tisanas sino con tratamientos drásticos. La previsible ubicación de la estación central del AVE en Sárdoma, señala la prioridad del polígono comprendido entre la Avenida de Madrid, la Gran Vía y ambos márgenes de actual circunvalación, éste es el lugar para una nueva ciudad con edificación abierta, altura moderada y con los equipamientos necesarios, Vigo no se puede permitir otra zona más donde predomine la anarquía. En esto estoy de acuerdo con Manuel Pérez que tuvo la amabilidad de citarme. Esta zona debía reservar algún terreno para industrias y tener en cuenta la imprescindible comunicación ferroviaria con Citroën. Permítaseme la ironía al añadir que en esta nueva ciudad hasta se podría utilizar el tranvía como transporte principal. Una consecuencia lógica del previsible soterramiento del trazado ferroviario actual y de la conversión de la estación actual en una de cercanías inmersa en un centro comercial es el poder afrontar las comunicaciones transversales de todo Teis. Desaparecido el trazado ferroviario y convertida la A-9 en una vía urbana, sería posible el trazar perpendiculares a la Travesía de Vigo y a Sanjurjo Badía que llegaran hasta la calle Julián Estévez. No se olvide al hacer esta ordenación la imprescindible paralela a Sanjurjo Badía. Muchos de los problemas sociales de Teis tienen su origen en la desestructuración urbanística de esta zona. El espacio de que dispongo es limitado y apenas se pueden citar otras zonas como la comunicación entre Castelao, el futuro de entretenimiento o industrial de la fachada de Beiramar, en este tema me inclino a citar a Enrique López Veiga que acertadamente señalaba que los puertos eran mojados. El planteamiento de una fuerte reordenación urbana no puede ser un ukase de un grupo o dos de gobierno, sería el momento para que las fuerzas políticas y sociales de la ciudad aparcasen sus diferencias logrando un amplio consenso. Los esfuerzos para una ordenación seria del área urbana de Vigo serán enormes, pero la aparición en el mercado de mucho terreno urbanizado con el evidente descenso del precio de la vivienda y la mejora de la calidad de vida de los vigueses lo merece. Entonces Vigo entrará en el único circuito de ciudades realmente existente y que merece la pena: el de las ciudades con sentido común.