Entre Inés Pereira y la madera evitaron que las de Fran Alonso sufrieran una sonrojante goleada en su visita a Zubieta
14 dic 2025 . Actualizado a las 13:59 h.Por mucho que la fortuna y una gran portera lo disimulen, la diferencia entre la Real Sociedad y el Dépor Abanca es hoy enorme, tanto a nivel colectivo como individual. Las vascas disfrutaron en Zubieta pese a su falta de puntería mientras las gallegas iban cayendo en la desesperación propia de quienes se saben inferiores; sin que la estrechez del resultado ofreciese siquiera un bálsamo del que obtener aliento para apretar hasta el final.
A la media hora de encuentro, harta de correr para nada, Millene se quitó de encima a su marca y chutó desde el centro del campo. El intento se perdió lejísimos de la meta defendida por Estensoro, quien agradeció que le permitieran estirar las piernas, yendo a recoger el balón. Al llegar al descanso, ese disparo de la brasileña figuraba como el único realizado por toda la escuadra coruñesa. Las donostiarras habían aportado once más; todos, infinitamente más peligrosos, aunque el fruto de los intentos de ambos conjuntos fuera el mismo: insuficiente para alterar el marcador inicial.
La improductividad de las anfitrionas estuvo estrechamente relacionada con la suerte visitante, amparando a una Inés Pereira que se hartó de tocar madera después de que esta repeliese todos los chuts que parecían destinados a acabar en gol.
El primero llegó muy pronto, con un centro de Eguiguren que se envenenó hasta estrellarse en el larguero. Hubo réplica (un espejismo) por parte del Dépor Abanca: contra bien trenzada y pelota a los pies de Vera para que esta la enviase al área. La meta local se confió y el cuero rodó manso hasta el poste antes de salir por línea de fondo.
Fue la única vez que las de Fran Alonso lograron alterar el guion de un choque claramente dominado por la Real Sociedad. A partir de ahí, el acantonamiento fue absoluto, sufriendo el chaparrón donostiarra a la espera de que Millene pudiera fabricarse alguna oportunidad, exprimiendo los despejes a la desesperada.
Mientras el bagaje de la punta se quedaba en el ya mencionado intento desde la medular, el de las futbolistas vascas incluyó dos cabezazos de Edna al palo, confirmando las dificultades para sujetar a la potentísima ariete. Idéntico desenlace tuvo el tiro de Paula Fernández, tras rebotar en una zaguera del Dépor Abanca. Las incursiones de Aiara por la izquierda y de Lucía Pardo por la derecha generaron una larguísima serie de ocasiones sin final feliz para la Real.
Lo encontró la futbolista de Outeiro de Rey en cuanto arrancó el segundo tiempo. Aiara centró por enésima vez y Lucía disparó, sin obstáculos por delante, para alcanzar por fin la red. Las coruñesas quisieron reaccionar y adelantar líneas tras el 1-0, pero todo se quedó en un saque de esquina, antes de retornar a la trinchera y encomendarse a Inés Pereira, quien suplió a la madera como talismán blanquiazul.
La meta lusa respondió con una palomita al derechazo con rosca de Andreia desde la frontal y se sacó de encima otro intento a bocajarro de Lucía Pardo. También el de Emma Ramírez a la hora de encuentro, justo después de que Marina Artero reemplazase a Redru en un conato de reacción visitante que fue rápidamente sofocado por la propia Emma: enganchó de volea el buen envío de Andrea Jacinto y aseguró la victoria local.
Acabó cayendo el tercero, por más que Inés volviera a negárselo a Edna con una soberbia atajada. Lo firmó, tras varios rechaces, Cahynova, que acababa de saltar al césped para sumarse al vendaval. La internacional checa acercó el tanteador a lo sucedido en el campo, registrando la disparidad entre dos contendientes que volverán a verse dentro de una semana en Copa del Rey. Quizá Riazor recorte la distancia abismal.