Los síntomas del bache del Deportivo

TORRE DE MARATHÓN

CÉSAR QUIÁN

El rendimiento del equipo coruñés baja por culpa de la pérdida de fiabilidad defensiva, la poca competencia desde el banquillo y los problemas con el gol

02 oct 2021 . Actualizado a las 23:47 h.

De la alegría a la preocupación. Al cabo de doce puntos consecutivos, el Dépor apenas ha sumado uno de los seis más recientes. En el empate del viernes contra la SD Logroñés repitió errores de la anterior jornada en Salamanca y mostró debilidades que ha de subsanar.

De cuatro jornadas imbatido, a recibir tres goles en dos partidos

La fiabilidad defensiva del Deportivo ha decaído de forma sorprendente. Los coruñeses no encajaron gol en las cuatro primeras jornadas, pero durante las los dos siguientes solo han sumado un empate y han recibido tres tantos. En el global del curso, las rotaciones de Borja Jiménez han llevado a que únicamente Mackay, Lapeña y Héctor hayan encadenado titularidades en la retaguardia, donde ha habido ocasión para un auténtico desfile de combinaciones. Más allá del resbalón de Trigueros en el primer gol del Unionistas, o cómo Ledo se impuso en el salto a Héctor en el empate del viernes, las miradas se dirigen hacia el trabajo colectivo, que no está alcanzando el rendimiento anterior.

Una sangría sin atajar en la banda derecha

La lesión de Trilli animó al entrenador a iniciar la eterna búsqueda de su sustituto. A sus ojos, nadie como el juvenil se ha complementado con Quiles para armar el costado derecho deportivista. La continua selección de nombres ha acabado por llamar la atención de los contrarios, que han encontrado por ahí una mina para sus ataques. En Salamanca la búsqueda tomó una nueva dimensión, pues el delantero andaluz dejó la banda a un Juergen que no se adaptó. Con el exdeportivista Rayco como muñidor, los dos goles del Unionistas se generaron allí. El viernes en Riazor, de vuelta al esquema habitual, con Quiles partiendo desde la derecha para acabar en el centro, el envío del gol de la SD Logroñés también llegó desde aquella zona.

Los suplentes no han aportado soluciones

En el estreno liguero, Menudo, Doncel y Noel marcaron tras aparecer desde el banquillo. El canterano repitió dos jornadas en Calahorra, pero desde entonces Borja Jiménez no ha agotado las sustituciones de que ha dispuesto en cada uno de los cuatro últimos encuentros. Siguen siendo cinco posibles, pero se dejó una en el tintero. En la derrota y el empate recientes, ninguno de los ocho futbolistas que entraron aportó nada tangible en el marcador, ni tampoco mejoró claramente el rendimiento de aquel al que había dado relevo. Frente al Unionistas, los cambios acabaron por despistar a los propios jugadores, con continuos movimientos de posición y futbolistas. Fue paradigmático el caso de Villares, que llegó a jugar hasta en cuatro posiciones diferentes. El pasado viernes, tres de las cuatro sustituciones llevadas a cabo por el Deportivo llegaron a ocho minutos del final.

«Jugones» con caché que apenas han participado

Ni Menudo ni De Vicente han mostrado los galones con que llegaron al Dépor. El primero tiene la excusa de la lesión que padeció tras la primera jornada. Participó en la segunda parte contra el Unionistas y dispuso de un disparo a puerta, pero contra la SD Logroñés no salió del banquillo. El caso de Rafa de Vicente llama la atención, pues fue titular en los triunfos contra el Calahorra y el Badajoz, pero desde entonces apenas dispuso de los ocho últimos minutos del partido del viernes. Otro jugador con caché por su pasado en Segunda es Pablo Trigueros, que se lesionó en Salamanca, justo cuando debutaba en el once.

Solo Quiles y Miku responden a la llamada del gol

Los dos delanteros suman siete de los doce goles deportivistas. Además, han marcado cinco de los seis últimos goles. Todos desde la visita al Calahorra, salvo el de Noel que cerró aquella cuenta. Pero la importancia de Miku y Quiles radica no solo en sus cifras, sino en que todo el juego blanquiazul gira alrededor de sus cualidades: la capacidad del primero para recibir de espaldas y habilitar a sus compañeros, así como la libertad de Quiles para sorprender al adversario.