Lucas Pérez levantó las manos en señal de perdón tras su gol al Málaga que acababa con su particular sequía de 19 jornadas sin marcar, ¿fue acertado ese gesto?
09 abr 2018 . Actualizado a las 19:14 h.Una liberación, un alivio, un tormento de diecinueve jornadas -una eternidad- que se esfumaba en esos once metros, en ese disparo ajustado al palo y en ese balón que besaba la red.
Lucas Pérez acabó ante el Málaga con su calvario, el que se había repetido como un mantra cada fin de semana durante toda una vuelta de La Liga. A cada jornada, a cada resultado adverso, a cada partido sin anotar el desgaste de Lucas, como el del deportivismo, crecía. El gol rompía con una dinámica negativa individual, una de las más dolorosas de su carrera, por ello, tras anotar el penalti, ese gesto, esas dos manos al aire en señal de perdón. Ahí empiezan las preguntas, ¿era necesario? ¿es acertado?
Tras el partido Lucas explicaba las razones de ese perdón y arreciaba la autocrítica: «Lo hice porque sé que la gente está decepcionada conmigo, al igual que yo conmigo mismo. Estoy muy triste por el año que estamos haciendo y en el que teníamos todos muchas ilusiones, el perdón va por todo eso».
Un gesto que esconde la redención, primero consigo mismo y también por y para los aficionados. Precisamente Lucas Pérez ha sido uno de los blancos de las iras de parte de la afición, en una temporada en la que está firmando unas cifras de cinco goles y cuatro asistencias. Las enormes expectativas puestas en su llegada han ido jugando en su contra a medida que el saco de goles sin anotar y jornadas sin ganar se cargaban en su mochila. Quizá ese gesto esconda también la rabia del deportivismo por una temporada aciaga, esa búsqueda del perdón, esa redención que solo es negociable si se consigue la necesitada permanencia.
