Cristóbal Parralo: «Lo importante es que el Dépor compita»

TORRE DE MARATHÓN

Álexandre Centeno / Xurxo Fernández / Lois Balado

Afronta el reto de entrenar en Primera con la ambición de instalar al Dépor en zona tranquila

02 nov 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Le ha llegado la oportunidad de entrenar en la máxima categoría en plena madurez profesional. Tras haber sido director deportivo en el Espanyol, compartido banquillo con Luis Fernández y Camacho, y trabajado en la Damm, una de las canteras más productivas del fútbol español. Cristóbal Parralo (Priego de Córdoba, 1967) afronta su gran reto de dirigir al Deportivo habiendo dejado al Fabril como líder en Segunda B, practicando un fútbol combinativo y de alta vistosidad.

-¿Cómo ha sido su primera semana al frente del Dépor?

-Una semana agitadísima. Han sido muchísimas cosas: preparar dos partidos, conocer al equipo, su situación, los rivales... Ha sido una semana dura y complicada. Pero con final feliz en forma de victoria en Las Palmas. Cada vez nos sentimos mejor, trabajando en la línea que buscábamos.

-Sin excesivas modificaciones, en el estadio de Gran Canaria se observó un enorme cambio en el equipo.

-Mire. Yo estaba más centrado en el Fabril. Veía al primer equipo siempre que podía. Y tenía mi idea. Al llegar, he intentado llevar a cabo esa idea. No es fácil. Requiere su tiempo. Pero los jugadores veo que lo interiorizan y cada día vemos detalles que nos hacen ser optimistas.

-¿Cuál es esa idea?

-Ser un equipo protagonista, que presione, recupere el balón lo antes posible y, a partir de ahí, saber qué hacer con él. Eso es muy importante, saber qué hacer con el balón.

-Cuando firmó por el Fabril, dijo que quería que la gente disfrutara viendo al equipo. ¿Vale esa idea para el Deportivo, un equipo que lucha por la permanencia?

-No creo que el Dépor deba luchar por la permanencia. Es verdad que se llevan años difíciles. Pero lucho por ganar cada partido. La mentalidad debe ser esa. Luego veremos dónde nos deja la clasificación. No tengo duda de que la gente debe identificarse con lo que hacemos. Que seamos un equipo con una afición entusiasmada. Que la gente se sienta orgullosa del Dépor. Hay que ilusionarse con cosas y soñar. Soñar siempre es bueno, pero con resultados.

-¿Ilusionarse y disfrutar por puntos o por juego?

-Por todo. Porque jugar bien y no conseguir puntos, crea desconfianza. Lo más importante es que el equipo compita. Que salga a competir y pueda ganar a cualquier equipo. Se trata de ser competitivo. Intentar que te generen las mínimas situaciones posibles de gol y tú generar las máximas. Y eso se consigue con organización ofensiva y defensiva. Que todo el mundo sepa lo que hay que hacer. Que interioricen esa idea, la entiendan y la hagan.

-¿Qué objetivo le marcó el club a la hora de anunciarle su ascenso al primer equipo?

-No hace falta que te marquen un objetivo. Uno es consciente de donde se mete. Entré en una situación complicada. Pero tanto la dirección deportiva como el presidente están convencidos de que hay equipo para luchar por algo más. Y yo también. Debemos estar de media tabla para arriba. Es el lugar que tiene que ocupar el Deportivo a final de temporada.

-Se está autopresionando.

-Es lo que pienso. Mi idea es quedar de mitad de la tabla para arriba. Pero lo que está claro es que tenemos una plantilla como para no tener que luchar por eludir el descenso. A partir de ahí, vemos si podemos acabar el doce el ocho, el siete o el catorce. No sé dónde acabaremos. El Dépor no puede llegar a las tres o cuatro últimas jornadas con miedo a la situación, porque crea inestabilidad. Tienes que planificar la próxima temporada… Es un sufrimiento para todos, desde la dirección deportiva al consejo, el presidente, la afición… Hemos de intentar buscar el no tener que llegar cada año a esa situación. Igual este año ocurre, como no vuelve a ocurrir. Por la plantilla que hay, si hacemos bien las cosas, espero que estemos en otra situación cuando queden 3 jornadas.

-Si se llega a esa situación, probablemente el entrenador será otro.

-No se preocupe que no vamos a poder comprobarlo porque no vamos a llegar a esa situación. Estoy totalmente convencido.

«No podemos estar todos los días dudando de los porteros. Han de trabajar tranquilos»

No es ajeno a la sangría goleadora que sufre el Deportivo desde principio de temporada y que se ha mantenido con él, al recibir cinco tantos en dos partidos. En este sentido, asegura que trabaja duro para evitarla, pero quiere liberar de tanta presión a los porteros. Sostiene que no es solo responsabilidad de los metas y pide tranquilidad para ellos.

-¿Se puede ser competitivo encajando en todos los partidos?

-Cuesta si encajas cada partido, porque eso te obliga a marcar más goles, a arriesgar más porque dejas espacios libres. Pero creemos que el equipo puede ser más sólido defensivamente. Estamos trabajando mucho en ese aspecto.

-¿Los porteros que tiene se ajustan a su planteamiento de juego?

-Son los porteros que tenemos y ya está. Lo único que hay que dar es confianza. No podemos estar dudando de ellos constantemente. Son personas y esa desconfianza les llega. Hay que dar confianza a los tres, respetarlos… Muchas veces se han encajado goles y parece que es solo porque los porteros no los paran. No es así. Hay situaciones muy evitables. También ha habido injusticia con ellos. Es difícil estar con confianza si no te la transmiten. Lo primero que quiero hacer es dar esa confianza a los jugadores y que ellos me respondan a la confianza. En Las Palmas jugó Pantilimon y, en lineas generales, ha estado bien. Cierto que ha tenido alguna situación mejorable, pero no podemos estar todos los días dudando de los porteros. Han de trabajar tranquilos.

-Vamos, que, de momento, seguirá jugando Pantilimon

-Eso lo está asegurando usted. Yo no he dicho nada parecido. Cuando hablo de dar confianza es a todos. Veremos a ver quién juega el sábado.

-¿La alternancia en la portería que mantuvo en el Fabril le gusta también para el primer equipo?

-Son situaciones diferentes. En el Fabril hay dos grandes porteros para la categoría, que creo que en el futuro estarán los dos en el Deportivo y me parecía justo irles dando partidos a los dos para que luego el entrenador del primer equipo decidiera con quién contaba. Aquí es una situación que no tiene nada que ver. No creo que sea aplicable.

Ed

«Me levantaron de la cama para que entrenara al primer equipo»

Las oportunidades llegan cuando llegan y no cuando uno las espera. Así le sucedió a Cristóbal Parralo, que recuerda cómo recibió una repentina llamada telefónica para citarlo a una reunión.

-Tras la derrota contra el Girona, ¿aguardaba la oportunidad?

-Cuando uno está en un filial, siempre piensa que en algún momento puede llegar esa oportunidad. Pero no esperaba que fuera en esa ocasión. Fíjese que estaba enfermo, venía de Navalcarnero con gripe. Tenía el teléfono desconectado y no conseguían localizarme. Al final, por medio de alguien que tenía el teléfono de mi mujer, me localizaron. Me levanté, me afeité, me duché y fui a hablar con el director deportivo y el presidente. Literalmente, me levantaron de la cama para que entrenara al primer equipo (se ríe).

-¿Qué le dice a su mujer?

-Pues nada, que tenía una reunión con el presidente y con el director deportivo y que había una posibilidad de que me dieran el primer equipo. Luego, cuando salí de la reunión, le dije que sí, que me habían dado el primer equipo. Y claro, contentísimo de tener la oportunidad de poder trabajar en el Deportivo, en Primera y de poder entrenar a muy buenos jugadores.

-¿Y cómo fueron esas primeras horas?

-Pues Javi (Manjarín) estaba en Gijón. Tuve que llamarlo y decirle que se viniera inmediatamente para Abegondo. Fue todo muy rápido. A partir de ahí, también llamé a Luis Fandiño, el preparador físico, y fue todo muy rápido y muy raro. Por un lado, Pepe Mel despidiéndose de la plantilla y, por otro, nosotros llegando.

-¿Qué mensaje se le transmite en ese momento al vestuario?

-Nada. Que vamos a ser profesionales y empujar todos en la misma dirección, que con trabajo y entre todos podemos sacarlo adelante. Pasa todo tan rápido que no tienes tiempo para reflexionar. Intenté ser yo mismo. Igual que entré en otros vestuarios, no cambiar como persona. Ir al frente con mis ideas

-¿Llegar al primer equipo desde el filial es un hándicap añadido a la hora de que la plantilla lo tome en serio?

-No tengo esa impresión. Ya hay jugadores que me conocían porque habían visto al Fabril, que se estaba haciendo un buen trabajo. No es el primer caso del filial que sube al primer equipo. He sido bien recibido. Estoy agradecido a los jugadores porque he recibido un buen trato. No tengo queja ninguna.

-Su fichaje por el Fabril fue muy cuestionado por el hecho de traer un entrenador de fuera para la cantera. Un año después, muchos pedían a gritos su ascenso al Deportivo. ¿Cómo se consigue revertir la opinión de la hinchada de esa manera?

-Costó arrancar, pero no me desvié ni un ápice de la idea que tenía. Con el tiempo, hemos conseguido los objetivos que nos marcamos. Esto es una cantera profesional. Llegué para intentar ayudar, sumar, hacer lo mejor posible, trabajar duro. Eso la gente lo ha entendido. Lo ha visto. A partir de ahí, han valorado mi trabajo y buena disposición. Ahora me juzgarán por lo que haga aquí. Me siento orgulloso de lo que hemos hecho hasta ahora el cuerpo técnico. Ascender, arrancar bien en Segunda B, jugando bien al fútbol y eso la gente lo valora.

-¿Condiciona a un entrenador ocupar uno de los llamados «banquillos calientes»?

-Cuando no se consiguen los resultados, esto no deja de ser un club profesional. Es muy importante estar en Primera. Si no llegan esos resultados, se producen cambios. Trabajamos con esa presión. Es la profesión que hemos elegido. Es más fácil cambiar al entrenador que a los jugadores. Pero esto no ocurre solo aquí. Por muy bien que trabajes, que te impliques y hagas las cosas, si no hay resultados te acaban echando.

-Realmente, el ascenso teniendo al Fabril líder y con el Dépor como está, ¿es un premio o un compromiso?

-Está claro que cuando te llaman para entrenar al primer equipo es cuando las cosas no van bien. Para mí nunca es grato que sustituyan a un compañero, pero sabía que si un día me llegaba la oportunidad iba a ser en una situación así y no favorable. Así que no me produjo sorpresa ninguna y lo acepté con ilusión. Repito que es un honor para mí entrenar al Dépor.

-¿El Cristóbal Parralo entrenador qué conserva del Cristóbal futbolista de raza?

-El carácter lo tiene uno siempre. Cuando jugaba tenía carácter. Era bastante respetado en el vestuario. Al final, la gente conoce tu manera de ser. Soy el mismo que cuando jugaba. Con los años, voy aprendiendo y uno va madurando, pero nunca he perdido ese carácter.

-Falta le hará para hacer las convocatorias en un vestuario tan amplio.

-Es mi trabajo. Yo no voy a conseguir que los que participan menos lo entiendan. Tampoco pretendo eso. Solo que respeten las decisiones. La armonía es muy importante y remar todos en la misma dirección.

-¿Existe esa unión?

-Yo por lo que conozco este vestuario, y llevo solo una semana, no tengo queja. Está todo el mundo con muchas ganas y el lunes se vio.