Cuatro puntos en dos partidos han cambiado el estado de ánimo del deportivismo
07 mar 2017 . Actualizado a las 05:00 h.Un empate frente al Atlético de Madrid, la primera victoria a domicilio en Gijón y 180 minutos de no parar de correr han servido para que el deportivismo se haya reactivado en busca de finalizar con comodidad una temporada que volvía a amenazar con sufrimiento. Menos de una semana de trabajo con la primera plantilla blanquiazul ha sido suficiente para que la afición se rinda al espíritu de Pepe Mel. Como lo hizo hace cuatro años con la llegada de Fernando Vázquez. El resultado por encima del fútbol. Y es que, a pesar de que el Deportivo en Gijón hizo uno de sus peores partidos de la temporada, A Coruña amaneció ayer con un contundente mensaje: «¡Qué bueno es Pepe Mel!». El hombre que ha logrado devolver la ilusión, con un equipo que cree en sí mismo y esa pizca de suerte de la que careció Gaizka Garitano.
Ambiente
Expectación ante el encuentro de mañana frente al Betis. Días antes del partido aplazado frente al Betis, el consejo de administración había puesto a la venta 2.400 entradas a diez euros, una por cada uno de los nuevos accionistas que tenía el Deportivo. Eso generó ya un importante movimiento en taquillas el mes pasado. Pero tras estos dos primeros partidos de Mel en A Coruña, la ilusión ha regresado y ayer volvió a haber movimiento por la oficina de atención al deportivista, que durante toda la jornada despachó boletos para el encuentro de mañana. El club mantiene la promoción y se espera que haya una de las mejores entradas de la temporada.
Discurso popular
Sus declaraciones y sus actuaciones están llegando a los hinchas blanquiazules. Pepe Mel es un tipo curtido en mil batallas y sabe cómo conectar con la grada. Es consciente de que una de las bazas del equipo va a ser Riazor y así ha focalizado su discurso, desde el minuto uno, a reenganchar a los más escépticos. Frases como «al Dépor no se le puede decir nunca no» o «son los futbolistas los que deben enganchar a la afición y no al revés» sirvieron como anticipo del idilio que quiere tener con la grada. El domingo, tras la sufrida victoria en El Molinón, el madrileño no dudó en recorrer medio campo para ir a agradecer a los aficionados allí presentes su apoyo y el esfuerzo de haberse desplazado hasta la localidad asturiana.
Esfuerzo
Enorme despliegue físico de los futbolistas. El fútbol tiene mucho de psicología y este Dépor de Mel lo ha demostrado en los dos partidos que ha dirigido el madrileño. Los mismos futbolistas que en Leganés parecía que llevaban cuatro maratones en sus piernas en menos de una semana, realizaron un esfuerzo, casi sobrenatural, el miércoles frente al Atlético y el domingo ante el Sporting. Una clara evidencia de que el equipo físicamente estaba muy bien preparado aunque eso no tuviera su correcto traslado al terreno de juego.
Sensaciones
El regreso de Gijón de la hinchada, marcado por el optimismo. Cuando después de madrugar para meterse trescientos kilómetros en autobús hasta Gijón, el equipo responde con una victoria, poco importa el fútbol que haya desplegado, que las sensaciones son buenas a la hora de volver a subirse al bus de regreso. Eso le pasó a los centenares de hinchas que arroparon al Dépor el domingo en El Molinón. El gol de Mosquera les hizo volver a creer. Así lo explica Juan Carlos Gallego, uno de los 1.300 de Gijón. «No es que hubiera perdido la confianza, pero sí que es cierto que los dos últimos partidos de Garitano me hicieron dudar de mi ilusión. Y no solo era culpa de Gaizka. Los futbolistas también tienen su parte. Con Mel, el equipo dio un paso al frente y a él tampoco es que le diera mucho tiempo a hacer grandes cambios. Así que ahora, con Pepe Mel a muerte. Tengo confianza ciega en él. Creo que su forma de ser y de enganchar a la gente va a ser algo muy positivo para el equipo», explica el hincha con varias décadas de fiel deportivismo. No obstante, Gallego mantiene los pies en el suelo y advierte de que «queda mucho y el partido contra el Betis es clave», aunque confía en una nueva victoria.
La plantilla
Los jugadores achacan el éxito al cambio mental. Y si alguien tiene que creérselo, además de la afición, son los jugadores. Y Mel también lo está consiguiendo. Así lo reconoce Juanfran, que ve en el aspecto psicológico el mayor cambio: «Lo más importante que ha cambiado ha sido la mentalidad. Nos ha quitado esa venda de que alguno se pensaba que era peor de lo que era. Hay jugadores de mucho nivel, para cotas mayores, pero nunca nos lo hemos creído y esta semana hemos creído más. Estamos siendo más valientes, recuperando a jugadores importantes y ese ha sido el gran cambio», reflexiona el lateral.