Repercute incluso en el estado físico, dado que regulamos peor nuestra temperatura interna al evaporarse el sudor con dificultad
09 jun 2018 . Actualizado a las 05:00 h.Ahora mismo solo hay un tema que roba protagonismo a la política, y es el tiempo. A punto de consumirse la primera decena de junio, el anticiclón de las Azores sigue debilitado. Las borrascas aprovechan esta coyuntura atmósferica para llegar una detrás de otra a Galicia. Lógicamente, a estas alturas del año, producen unas condiciones diferentes al invierno. Estamos en el mes con mayor radiación solar y eso favorece, por ejemplo, que las temperaturas máximas no desciendan de los 18 grados. Las bajas presiones están generando sobre todo mucha humedad, que alcanza valores por encima de lo habitual en junio. «En este mes ningún punto supera el 80 % de media diaria. Suele oscilar entre el 70 % y 80 % y por debajo del 70 % en zonas del interior como Ourense. Por tanto, la humedad de estos días sí es muy destacable sobre todo porque se mantiene a lo largo de las horas diurnas, cuando debería bajar al subir las temperaturas», explica el meteorólogo Juan Taboada.
Esta humedad tan elevada no solo impide tomar el sol sino que además repercute seriamente en el estado físico. «La humedad es uno de los factores que más influye en la sensación térmica del ser humano, porque el sudor se evapora con más dificultad y por tanto regulamos peor la temperatura interna», apunta el doctor Rafael Arriaza, del Instituto Médico Arriaza.
Es probable que muchos gallegos estén experimentando desde hace unas semanas ciertos síntomas de agotamiento. Los vientos de componente oeste, que desplazan el aire húmedo desde Atlántico hacia la comunidad, tienen la culpa. «Si la capacidad de sudar se reduce, entonces aparece una sensación de debilidad, que es real porque los músculos trabajan con mayor dificultad», reconoce Arriaza. También contribuye al agotamiento físico el insomnio. Por encima de una temperatura y un porcentaje de humedad, el sueño se altera. Los niños son los más vulnerables ante esta meteorología. «Hay un componente que se llama vagotónico, que viene del nervio vago o parasimpático, que es más dominante en los niños y que provoca que estén más cansados de lo habitual», dice. La configuración actual favorece además cambios constantes de presión, otro factor que influye en la salud. «Las bajadas de presión incrementan la sensación de agotamiento porque es el mecanismo de defensa natural del cuerpo humano para mantenerse seguro», añade el especialista en traumatología.
Los expertos recomiendan en estas situaciones hidratarse bien, buscar ambientes frescos y sobre todo tener paciencia porque el tiempo seco acabará llegando. Los modelos empiezan a mostrar una mayor presencia del anticiclón a partir del martes.