El «sakura» gallego florece en Rois

Xavier Fonseca Blanco
XAVIER FONSECA REDACCIÓN / LA VOZ

TIEMPO

Xavier Fonseca / Álex López-Benito

El espectáculo de los cerezos japoneses tiene su réplica en el pazo de Faramello

23 abr 2018 . Actualizado a las 11:01 h.

El pazo de Faramello, en la localidad coruñesa de Rois, aloja estos días la versión gallega del sakura, o floración de los cerezos, uno de los acontecimientos más populares de Japón, que atrae cada año a millones de turistas de todo el mundo. Un hecho que estremece por su belleza y que guarda la esencia de la primavera, cuando la naturaleza abandona el letargo y despierta para aprovecharse del aumento de la luz y la radiación solar. «El pazo abrió sus puertas en 1712 y su primer uso fue industrial, cuando se convirtió en la primera fábrica de papel de Galicia. La actividad de la fábrica termina en el siglo XIX y entonces se convierte en un espacio más señorial. En esa época hubo una especie de competición entre los diferentes pazos gallegos para ver cuál traía las cosas más exóticas y entonces empezaron a llegar especies japonesas», comenta Gonzalo Rivero de Aguilar, propietario del pazo.

Paseando por los jardines de Faramello se puede presenciar el estallido de color que comienzan a protagonizar ciruelos, cercis y por supuesto los cerezos. «Ya es conocido como el sakura gallego. Se dice que la primavera arranca oficialmente con la floración de las ameixeiras en Faramello. Estas especies japonesas se adaptan muy bien al clima del entorno, húmedo por la presencia del río y no demasiado frío. Rosalía de Castro decía que este era el pazo donde nunca helaba», recuerda. Aunque este año una parte importante de la floración está literalmente por los suelos porque, como el resto de la vegetación gallega, ha sufrido los efectos del carrusel de borrascas intensas que han estado afectando a la comunidad durante las últimas semanas. «No ha sido una floración tan fuerte como la de otros años. Y no tanto por la lluvia, sino por el viento. Aquí hubo rachas muy fuertes y se perdió mucha de la floración que empezó hace unas semanas. Las hojas son muy delicadas y los vientos intensos han tirado muchas», reconoce.

Hortensia y el Camino

 La historia del enclave de Faramello contiene un capítulo que mezcla historia y meteorología. «Por aquí transcurría un tramo de la Traslatio jacobea, el camino por donde se supone que pasaron los huesos del Apóstol. Desde el siglo XI este era el sendero que llevaba hasta Santiago. En 1984 llegó el huracán Hortensia que dejó vientos muy fuertes, de hasta 140 kilómetros por hora, y el camino quedó completamente impracticable. El Xacobeo desvió ese tramo histórico desde la aldea de Angueira hasta Parada de Francos por la carretera y desde entonces no se ha recuperado esta ruta del Camino», explica Aguilar.