Cualquiera que le dé un poco a la cabeza seguro que saca una fórmula que explique matemáticamente cómo es posible que se derroche tanto talento en tantos programas de talento en televisión. No sale la media. Primero porque los que tienen dos dedos de frente ya han explotado su vena artística convenientemente y dos porque ya no puede haber jurados preparados para valorar tanta iniciativa, tanto contorsionsimo, tanto dar el cante, tanto humor y tanta coreografía Flashdance. Pero ahí están las cadenas para programarnos noche tras noche con espacios en los que no hay novedad, más allá del valor de sus presentadores. Solo hay que ver a Pedroche promocionando su nuevo show Tú sí que sí o a Risto Mejide con su Got Talent para entender que poco ha cambiado el formato que marca el camino del entretenimiento. Pero como no era suficiente con el éxito indiscutible de Tu cara me suena ahora también Televisión Española avanza un gran reto musical con concursantes conocidos y una promoción que asombra: «Con la finalidad de pasar, en familia, una noche divertida repleta de famosos, humor y buena música». Lo que no deja de tener su gracia: solo hay que echar un vistazo a la familia de uno para darse cuenta de que aquella unión a lo 1, 2, 3 ha pasado a la historia. Hoy cada uno tiene su tableta, sus auriculares, su móvil y su propia emoción. El talento, eso sí, se ha quedado todo en la televisión.