Gran Hermano se ha roto

Sandra Faginas Souto
Sandra Faginas MIRA Y VERÁS

TELEVISIÓN

20 sep 2016 . Actualizado a las 08:20 h.

Jorge Javier lo está intentando y se ha afanado en agarrarse a las buenas audiencias para mantener el tipo al frente de GH. Sin embargo, la marcha de Mercedes Milá es una losa demasiado pesada y una herencia difícil de gestionar como para que el programa no se resienta. Le sucedió con Pepe Navarro, el único año en que Mercedes lo dejó en otras manos. Y ahora, pese al esfuerzo de ella y de Jorge Javier por mantener públicamente el buen rollo en aras de una audiencia digna, la cosa no va bien. Tal vez no va bien por varias razones, y no solo por la ausencia de Mercedes, pero el público -diecisiete temporadas después- necesita una dosis elevada de intensidad que aguante un esquema tan repetido. Si Milá era un puntal en la estructura del reality, el casting lo es otro tanto, y los espectadores fieles al programa saben que el guion que siempre funciona con esos personajes se escribe con mucha mala baba y un amor en ciernes que se torne imposible. Pero por el momento no hemos visto nada que movilice a ningún tipo de reacción capaz de inclinarnos a quedarnos frente a la pantalla o a apagar el televisor. Porque lo único interesante de GH han sido los líos que se han montado fuera entre los exconcursantes y Jorge Javier, en un estilo que muchos tildan de «salvametización». No será tanto, pero con esa poca gracia, sin Milá y conociendo el modo Vasile, a la casa de GH le tiemblan los cimientos.