Grandes expectativas

Beatriz Pallas ENCADENADOS

TELEVISIÓN

08 jun 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

De series estiradas están las videotecas llenas. Para la ficción, el éxito no es siempre buen consejero, ya que incita a prolongar las tramas más allá de lo necesario y no siempre con rumbo fijo. Mientras, el público va albergando expectativas cada vez más altas sobre un final apoteósico, que hacen que la caída sea más dura cuando ese éxtasis no llega.

Del comentado fundido en negro de Los Soprano, que ha dado para ensayos e interpretaciones diversos, a la desorientación de los seguidores de Perdidos, finales con bajón ha habido muchos. El de Los Serrano, donde todo resultaba ser un sueño, todavía se recuerda como una de las peores pesadillas del espectador español. 

Para muchos, el de Castle pasó a formar parte el lunes de esa lista de cierres dudosos. No es que las tramas de Castle y Beckett hayan sido nunca la mejor serie de la historia, pero construyeron un entretenimiento ligero y sin complicaciones que creció con buena parte de su público y dejaba buen sabor de boca. Por eso muchos piensan que se merecían algo mejor que ese apósito incorporado a última hora para resolver la necesidad de poner punto final a la serie. El colofón trajo a la memoria la ambigua escena con la que hace poco se despidió Cuéntame cómo pasó y que, como esta de Castle, podría servir tanto de final de temporada como de apresurado epílogo definitivo, en función de la necesidad.