Hardhome (Casa Austera) es un lugar miserable, olvidable e inhóspito. No sale en ningún atlas, pero desde esta semana debería figurar en cualquier libro que intente recopilar los hitos de la historia de la televisión. Es el escenario de la épica masacre perpetrada por los terroríficos Otros en el formidable octavo capítulo de la quinta temporada de la serie Juego de tronos, emitido la noche del lunes en España.
El episodio provocó un gran impacto en todo el mundo. Y no por contener escenas polémicas, sino por su calidad: nadie había narrado antes tan bien una batalla en televisión. Fueron veinte minutos trepidantes, intensos y memorables que tardarán meses en ver los que solo consumen tele a la manera tradicional: Juego de tronos solo puede verse en canales de pago y en la Red.
Cada vez más gente consume televisión sin estar pendiente -grandes estrenos aparte- de horas de emisión, cortes publicitarios o versiones dobladas. Ven series enteras o capítulos sueltos cuando ellos quieren, en el dispositivo que tienen a mano o prefieren.
Es el modelo que lidera en Estados Unidos Netflix, una plataforma que, por fin, llegará a España en octubre y que competirá con Movistar, Yomvi, R o Wuaki.TV por liderar la tele del presente y el futuro: a la carta y bajo demanda.