Juego de tronos 5x01: el flojo primer capítulo de la quinta temporada, «The Wars to Come», destripado

TELEVISIÓN

Crónica con spoilers (ojo, cuenta lo que pasa en el episodio y hace referencias a otras temporadas y a los libros publicados) de «The Wars to Come», el regreso de la popular y prestigiosa serie de fantasía 

20 abr 2015 . Actualizado a las 18:09 h.

Volvió Juego de tronos a las pantallas. Pero no lo hizo como esperaba la HBO, con un histórico estreno mundial simultáneo. La productora sufrió en sus carnes, y a manos de gente de confianza, una traición como las que perpetran los intrigantes y despiadados personajes que protagonizan la adaptación de las novelas de George R. R. Martin: la premiere fue chafada por la filtración de los cuatro primeros capítulos de la quinta temporada en las redes P2P

La emisión oficial del primer capítulo,The Wars to Come (Las guerras que vendrán) tuvo lugar la pasada madrugada. Aunque sirvió unas cuantas secuencias impactantes, no fue un episodio de esos que electrizan a la audiencia, de los que los fans califican como un sobresaliente, sino la típica introducción/presentación. Con la cantidad de personajes que pupulan por los siete reinos y los otros territorios que sirven de escenario a Juego de tronos es fácil perderse, y los productores decidieron hacer una guia para que los espectadores se pusieran al día

Contenido en la acción y pródigo en reencuentros, The Wars to Come arrancó de forma misteriosa, con dos adolescentes internándose en un bosque. Una es rubia y altiva, la otra, un personaje secundario. Se acercan a una cabaña. En ella se encuentra una mujer (Maggy la rana) que hace a la joven Cersei -sí era la ambiciosa gemela Lannister de joven- tres profecías: la primera, será reina al casarse con un rey (el malogrado y cornudo Robert Baratheon); la segunda, tendrá tres hijos que sufrirán una muerte temprana; y la tercera, que una reina más joven y más bella provocará su caída. ¿Quién será? Su nuera Margaery Tyrell, la vengativa Daenerys Targaryen, la desaparecida Sansa Stark... ¿Esta última pregunta ha generado un montón de debates en la Red en los últimos años? Y de momento solo George R. R. Martin tiene la respuesta. 

La consecuencia de la muerte de Tywin Lannister

Terminado el flashbacak, los Lannister, tal vez los jugadores más despiadados del juego de tronos, siguieron siendo protagonistas del arranque del capítulo. La espectacular muerte del patriarca Tywin en el final de la anterior temporada a manos de su propio hijo fue uno de los grandes momentos de la serie. La desaparición del hombre más poderoso de Poniente es un mazazo para su familia. Ante la cámara lo hace evidente Cersei, que ya no busca consuelo en su hermano Jaime, al que culpa de la muerte de su padre, sino en el fondo de una copa de vino. La resurrección de su primo Lancel, antaño compañero de alcoba y de conspiraciones de la reina, y ahora reconvertido en un austero hombre de fe, promete dar mucho juego. Y es que la iglesia de los siete reinos entra en escena esta temporada con un personaje que recuerda al papa Francisco.

Tyrion, como un fardo

El carismático Tyrion, uno de los hombres más incomprendidos de los siete reinos, tal vez el mejor/peor jugador del juego de tronos, se ha convertido en un proscrito, en un exiliado. Trasladado como un fardo a otro continente, el enano ha caído en la conspiración que dirige el misterioso Varys, el eunuco que ejerce de espía supremo en la corte de Desembarco del Rey, que de forma más elocuente que en los libros se revela como un  partidario de la restauración de los Targaryen en el trono de hierro.

La traición acecha en Meeren

Al desmoralizado Tyrion, que comparte con su odiada hermana una creciente afición al vino y pretende beber hasta morir para olvidar, le espera un largo y ajetreado viaje.

La araña quiere enviarlo a ayudar a Daenerys, la madre de los dragones, que decidió al final de la pasada temporada hacer un máster en gobierno y políticas públicas en la conquistada ciudad esclavista de Meeren. Tal vez haría mejor en mandar a una troika formada por la Supernanny, Pedro García Aguado (el hermano mayor) Frank de la Jungla, y César Millán, el encantador de perros. Y es que la penúltima Targaryen (nunca se puede decir muy alto que algo o alguien ha sido lo primero o lo último) tiene un problema con sus hijos de piel escamosa, fauces gigantescas y voz ardorosa: perdió a uno y tuvo que encerrar a los otros dos. Ya no le hacen caso.

El de los dragones no es el único gran problema que tendrá que solucionar la reina de los cabellos platino y los ojos violeta. Su misión civilizadora topa con las tradiciones de una sociedad forjada sobre el sufrimiento de los esclavos. La traición acecha en las calles y en las noches de Meeren. Se avecinan largas jornadas de guardia para el veterano Barristan Selmy, consejero y defensor de Daenerys en el salón del trono, y muchas charlas de cama de la Targeryen con el mercenario Daario Naharis, amante titular y consejero de alcoba. ¿Será fiel?

El episodio muestra a uno de los personajes más intrigantes de los siete reinos, el señor real del Valle de Arryn, Petyr Baelish, dándole clases de política a Sansa Stark, cuya identidad ha sido camuflada como la de hija bastarda del maquiavélico Meñique. Esa curiosa pareja (él la salvó, pero también fue el culpable de la caída y muerte de su padre, Ned Stark) va a dar juego, pero lo hará en próximos capítulos. En The Wars to Come el sitio donde pasaron más cosas fue en el norte de Poniente.  

En el Muro confluyen la Guardia de la Noche, Stannis Baratheon, la bruja Melisandre y los salvajes. Más allá acechan los Otros y se ha refugiado Bran Stark, que no aparecerá esta temporada. En el primer capítulo se ve a su hermanastro, Jon Snow (tal vez el personaje más arquetípico de la serie) entrenando con dureza a los nuevos reclutas de la descabezada orden, que debe elegir comandante. El supuesto bastardo de Invernalia mantiene una interesante conversación con Stannis, que quiere convertir a los salvajes en soldados para su conquista del trono de hierro.

El autoproclamado rey legítimo de Poniente ofrece al prisionero Mance Rayder, uno de los pocos hombres que consiguió unir al pueblo libre, salvar su vida a cambio de que doble la rodilla y le jure lealtad. Pero el rey-más-allá-del-muro se niega y es condenado a morir en la hoguera como sacrificio al dios R'hllor. A su sacerdotisa, la enigmática y peligrosa Melisandre, le gustan los reyes a la parrilla. En el, tal vez, único momento épico del capítulo, se ve a Mance Rayder ardiendo en la pira, pero una flecha pone fin a su sufrimiento. La ha disparado Jon Nieve, frustrando el ritual. ¿Habrá represalias? ¿Tendrá más ritmo el siguiente episodio? ¿Cuándo los fans de esta magnífica serie podrán hacer el gesto del pulgar en alto y decir, con voz tronante, que ha sido un «capitulazo»?