La final de «Gran hermano», destronada por primera vez

Beatriz Pallas REDACCIÓN / LA VOZ

TELEVISIÓN

«MasterChef» privó al reality de ser líder de audiencia en la gala final de la edición menos vista de su historia

20 jun 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

MasterChef le pegó el martes un buen bocado a Gran hermano, que por primera vez en sus catorce ediciones no fue el líder absoluto de las audiencias en el día de su gala final. Cerca de cuatro millones de personas eligieron seguir en La Primera la caída de la veterana Maribel, la reina de las alcachofas y la cocina tradicional, ofuscada por culpa de una modernidad como la esferificación.

Gran hermano se quedó con 900.000 espectadores menos para hacer la ola a la ganadora, Susana, y cerró con cierto desasosiego su edición con menor índice de audiencia. Entre las 9.105.000 personas que se reunieron para ver la primera final en el año 2000 y los 3.051.000 seguidores del martes se esconde el desgaste de un formato que sigue siendo bandera en Telecinco y que, pese a la bajada en audiencia, conserva una capacidad de convocatoria indiscutible.

Catorce ediciones después, la casa de Guadalix de la Sierra sigue siendo para algunos mucho más que un plató de televisión. Es una entrada a otra dimensión, un mundo de ensueño para el que ansía la fama sin haber hecho nunca nada para merecerla. Bastaba con observar el martes a los dos finalistas que quedaron en segundo y tercer lugar. Cuando Igor, el número dos, se dirigía al plató en limusina descapotable lucía la sonrisa de un sueño cumplido a pesar de todo. Nadie diría que acababa de perder un maletín con 300.000 euros. Desi, la tercera, sostenía que si de ella dependiese se quedaría a vivir en ese mundo de Yuppi rodeado de cámaras, aunque solo fuera para cambiar las bombillas.

Ante la suma sacerdotisa Mercedes Milá, uno y otro se salpicaron con sus odios y rencores mutuos y hacia otros compañeros también presentes. Y mientras los trapos sucios, enmohecidos durante 127 días, se aireaban por el estudio, entró en escena la radiante ganadora. Susana pasó de no creérselo a asegurar sin atisbo de falsa humildad: «Sí, me lo merezco».

Si en algo sigue siendo líder GH es exponer a la luz egos e inquinas reales que tienen un público fiel y que ninguna telenovela de ficción podría eclipsar.