Adicta a las adicciones

Sandra Faginas Souto
Sandra Faginas MIRA Y VERÁS

TELEVISIÓN

17 mar 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

Ver cómo una chica se traga literalmente el mando a distancia es la última locura que he hecho delante de la televisión. Ahora que se ha puesto de moda la extrañeza, y no porque Falete y Raquel Mosquera se parezcan subidos al trampolín, lo friki cotiza al alza. La tendencia es paralizarse delante de espacios que cultivan la pesadilla, lo paranoico y lo desagradable sin que se pueda cerrar la boca. Por lo menos eso es lo que hacen los protagonistas de Mi extraña adicción, de Xplora, que se dedican a ingerir las cosas más extraordinarias: «Hola, me llamo Kaylin, y no puedo parar de comer plástico. A lo largo de 11 años me he comido 12 mandos a distancia, 800 tenedores y 50 perchas...». ¿Hay alguien que pueda masticar esto bien? A decir verdad, sí. Si hemos soportado la cocina de Chicote sin manzanilla, la tele nos está preparando para este segundo nivel: ver cómo la gente se traga cerámica, cristales, plásticos o productos de limpieza. Y es que si morderte las uñas es un vicio confesable, asistir a la anormalidad de los otros produce también adicción. Desde quien duerme con un secador encendido a quien tiene una relación íntima con su coche o se ducha con lejía. Nos hemos vuelto teletóxicos, y nada satisface nuestra insatisfacción. Devoramos a lo loco, enganchados sin ton ni son.